Missouri, el primer estado en reanudar la pena de muerte desde el inicio de la pandemia
Se aplicó la inyección letal a un hombre de 64 años por un caso de asesinato ocurrido en 1991
Bonne Terre • Missouri se convirtió este martes en el primer estado norteamericano en reanudar la pena de muerte desde que comenzó la crisis por el coronavirus, luego de ejecutar a un convicto de 64 años por supuestos delitos de agresión sexual y asesinato cometidos en 1991.
Mientras otros estados han optado por postergar los castigos de pena capital debido a la pandemia, las autoridades judiciales de Missouri decidieron aplicar la inyección letal a Walter Barton, en lo que significó la primera ejecución en todo el territorio estadounidense desde el pasado 5 de marzo.
Barton fue condenado por el asesinato de una operadora del parque de casas rodantes de 81 años llamada Gladys Kuehler. La víctima fue golpeada, violentada sexualmente y apuñalada más de 50 veces en la ciudad de Ozark, cerca de Springfield, informó la agencia Diario Digital STL. El acusado se declaró inocente en todo momento.
La última ejecución había ocurrido el 5 de marzo en Alabama. Luego de ello, y tras el brote del Covid-19, las autoridades de Texas y Tennessee decidieron posponer varias ejecuciones que tenían programadas para las semanas siguientes.
Respetaron distanciamiento social
Un vocero del Departamento de Prisiones de Missouri informó que para la ejecución del convicto se tomaron las medidas restrictivas correspondientes, a fin de evitar posibles contagios de Covid-19.
Tal como había adelantado la portavoz del Departamento de Correccionales de Missouri, Karen Pojmann, se tomó la temperatura a todos los que ingresaron a la prisión de Bonne Terre, ubicada cerca de St. Louis, donde hasta el momento no se han registrado casos de coronavirus. También se les ofreció protectores faciales.
Luego de ingresar al centro penitenciario, los testigos fueron ubicados en tres áreas separadas para presenciar el acto, respetando así el distanciamiento social.
«Soy inocente»
La ejecución de Barton llegó después de una batalla legal que se extendió durante muchos años, en los que el acusado siempre alegó inocencia. Los investigadores lo asociaron con el caso tras hallar salpicaduras de sangre en su ropa, un hecho que siempre fue cuestionado por la defensa.
Luego de concretarse la pena de muerte, la organización Innocence Project expresó su rechazo en redes sociales. «Es inaceptable que se haya permitido proceder con esta ejecución sin una revisión profunda de su inocencia», publicó en Twitter.
Las últimas palabras de Walter Barton fueron: «Yo, Walter «Arkie» Barton, soy inocente, y están ejecutando a un hombre inocente».
