El hombre en la Luna hace 45 años, extraordinario, aún por hoy.
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Hace 45 años que por estas fechas se vivió uno de los acontecimientos más increíbles de la humanidad. La llegada a la luna por una tripulación de 3 astronautas definió una generación y demostró que la motivación humana puede llegar muy lejos.
En un mundo tecnológico com el de hoy en día, es difícil pensar que la nave que catapulto a Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Aldrin Jr. a la Luna tenía menos potencia que una calculadora moderna, un ipod de Apple hubiese sido suficiente para manejar la operación completa desde Houston.
El reto que presento el Presidente Kennedy casi una década antes del primer lanzamiento, y el que nunca veria ser materializado, fue cumplido el 20 de Julio de 1969. Durante esa época el mundo vivía una época de conflicto global, con guerras en Vietnam, la guerra fría que amenazaba acabar con toda la vida en el planeta y un panorama socio-económico muy distinto al de hoy. Sin duda el gasto de una misión a la Luna supuso 200 billones de dólares al cambio de hoy en día. Regresar a la luna equivaldría un número superior a los 200,000 millones, y por ello los gobiernos del mundo, no han visto necesidad de regresar.
Los japoneses han lanzado sondas con cámaras de Alta Definición que han dado imágenes espectaculares de la superficie lunar, pero la cruda realidad es que un aterrizaje en la Luna no supone más que un gasto innecesario.
El nuevo reto es Marte que se encuentra a unos escasos 3 meses de viaje durante condiciones óptimas. El problema con un viaje a marte es que aun no existe la tecnología para efectuar un regreso, lo cual implica que cualquiera que vaya, nunca regresaría. Muchos en el planeta tierra han voluntariado para ir, a pesar de que el riesgo de llegar con vida es minimo y mucho menos el de regresar a la tierra. Aquellos emprendedores estelares, serian los primeros colonos espaciales, no muy distintos de los que embarcaron a las Américas en el siglo XV.
Con más de 500 millones de espectadores que asistieron en directo al acontecimiento -la mayor audiencia lograda hasta entonces-, la televisión fue el ingrediente fundamental del primer hito verdaderamente planetario.