El Mundo del Béisbol de luto por la Partida del Legendario Willie Mays

Nueva York – El mundo del béisbol está de luto. Willie Mays, el legendario jardinero central apodado el «Say Hey Kid«, cuya brillante combinación de talento, vigor y carisma lo convirtieron en uno de los más grandes y queridos jugadores de todos los tiempos, falleció a la edad de 93 años.

La noticia fue confirmada el martes por la noche mediante un comunicado conjunto de la familia Mays y los Gigantes de San Francisco, su equipo durante gran parte de su trayectoria. «Mi padre partió en paz, rodeado de sus seres amados», expresó su hijo Michael. «Quiero agradecer profundamente el inmenso amor que le han demostrado a lo largo de los años. Ustedes fueron el aliento de su vida».

Mays destacó por reunir las cinco cualidades estelares: potencia, promedio ofensivo, velocidad, defensa y brazo. Pero también por desplegar esos dones con una alegría incomparable, ya sea trotando las bases con su gorra volando, conectando formidables jonrones o realizando atrapadas memorables con su icónico «Basket Catch«.

En 22 campañas de Grandes Ligas, mayormente con los Giants, bateó para .301, jonroneó en 660 ocasiones, acumuló 3,293 imparables, anotó más de 2,000 carreras y ganó 12 Guantes de Oro. Fue el Novato del Año en 1951, dos veces Jugador Más Valioso y finalizó en el Top 10 del MVP en 10 temporadas más.

Su obra maestra defensiva fue «The Catch» en la Serie Mundial de 1954, cuando persiguió un batazo de alto riesgo dando la espalda al plato, lo atrapó por encima del hombro y luego lanzó a la antesala evitando una carrera. Una jugada tan extraordinaria que aún se considera la mejor de la historia del deporte.

«Cuando jugaba, quería que todos disfrutaran lo que hacía», dijo Mays a NPR en 2010. Su estilo divertido y su sonrisa amigable lo convirtieron en un ícono para millones de fanáticos y en un verdadero embajador del béisbol.

Elegido al Salón de la Fama en 1979, su primer año de elegibilidad, el Comisionado Rob Manfred lamentó la partida de «este verdadero Gigante dentro y fuera del terreno» cuyo legado «trasciende las estadísticas» para encarnarlo como un símbolo de la pasión y el talento que definen lo mejor del Rey de los Deportes.