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Trump nominó a conservadora Amy Coney como candidata a la Corte Suprema

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, designó a la jueza conservadora Amy Coney Barrett como candidata a ocupar la vacante de la fallecida Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema. El siguiente paso es lograr la aprobación por parte del Senado.

“Hoy es mi honor nominar para el Tribunal Supremo a una de las mentes legales más brillantes de nuestro país”, dijo el líder republicano a la prensa desde la Casa Blanca.

En paralelo, el Partido Republicano señaló que cuenta con los 51 votos necesarios para aprobar la entrada de Coney Barret en la Corte Suprema, anuncio que fue cuestionado por el candidato a la presidencia por el Partido Demócrata, Joe Biden, quien pidió que la decisión se tome luego de las elecciones del 3 de noviembre.

“El Senado no debería pronunciarse sobre esta vacante hasta que los estadounidenses no hayan elegido a su próximo presidente y su próximo Congreso”, señaló a través de un comunicado, que se publicó poco después del anuncio del presidente Trump.

La decisión del mandatario, que era un secreto a voces, supone el tercer nombramiento de Trump durante su periodo como presidente, luego de Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh. De aprobarse, estaría consolidando una mayoría de 6-3 en el máximo tribunal de justicia de Estados Unidos. Cabe señalar que estos cargos son vitalicios, por lo que la tendencia podría mantenerse durante toda una generación.

La jueza Barret, de 48 años, fue elegida por Trump tras descartar a la jueza de apelaciones cubanoamericana Bárbara Lagoa. Es conocida en especial por su posición conservadora en cuestiones religiosas.

Barret se autodefine como un tipo diferente de abogada, y ha declarado que su profesión es un medio para lograr “la construcción del reino de Dios”. Se sabe sobre su oposición a cuestiones de amplio debate como el aborto y ciertos aspectos de la ley de salud pública introducida por el ex presidente Barack Obama.

La decisión de Trump de nominar a su candidata para la Corte Suprema ha sido criticada por los demócratas, quienes recordaron que, en el 2016, durante la gestión de Obama, los republicanos evitaron la candidatura de Merrick Garland para ocupar el cargo que dejó Antonin Scalia tras su fallecimiento.

En tanto, diferentes encuestas recogen que la mayoría de ciudadanos considera que el próximo presidente es quien debe encargarse de la nominación.

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