Alonso Álvarez-Barreda Presenta The Wingwalker en el Festival de Cine de Guadalajara
Escrito por Madeline Nesbitt, corresponsal en Ciudad De México.
Guadalajara • La muy esperada película The Wingwalker (Un viaje al corazón en español) hizo su estreno en México ante un lleno total el pasado sábado 8 de junio en el 39° Festival de Cine Internacional en Guadalajara (FCIG).
Coescrita por Alonso Álvarez-Barreda y Max Arciniega, The Wingwalker narra la conmovedora historia de Julian (interpretado por Omar Chaparro), un padre soltero viudo cuya vida da un vuelco cuando es deportado de Los Ángeles a Tijuana, México. La cinta sigue el incansable viaje de Julian para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, con la desesperada esperanza de reunirse con su hija Sofía, cuya vida pende de un hilo a la espera de un urgente trasplante de corazón salvador.
Alvarez-Barreda (director y coguionista), quien dejó su pueblo costero mexicano Tampico rumbo a Los Ángeles a los 18 años, comparte su propia travesía migratoria. Como director y guionista, su pasado le otorga una evidente autenticidad a su obra. La noche del estreno, Omar Chaparro hizo eco de las palabras de Alvarez-Barreda: «Los momentos más oscuros en nuestra vida siempre son un regalo disfrazado», añadiendo: «y precisamente allí es donde surge la idea de hacer la película». El compromiso de Alvarez-Barreda con un retrato brutalmente honesto no pasa desapercibido, ya que el público se enfrenta a los incansables y desesperados intentos de Julian por reunirse con su hija al otro lado de la frontera.
Parcialmente filmada en el mismísimo «El Bordo«, o «purgatorio de los deportados» (como lo denomina la película), el escenario no podría estar más cercano a la realidad. «El Bordo», el canal de concreto que atraviesa Tijuana, es el hogar de muchos migrantes que batallan por llegar a Estados Unidos. Al filmar directamente en «El Bordo», una comunidad azotada por las adicciones y la extrema pobreza, la decisión de Alonso no permitió que su cinta se abstuviera de retratar las crudas realidades fronterizas, exponiendo así su descarnada verdad.
En contraste con el dolor y las penurias, el fuerte vínculo entre Julian, interpretado por Omar Chaparro, y su hija Sofía, a quien da vida London Garza, se opone para mantener viva la fe del público. Tras la muerte de su esposa, Julian se dedicó por completo a su rol de cuidador inquebrantable para mantener unida su nueva definición de familia: él, Sofía y su cuñado Nick, aunque tiene buenas intenciones, a veces es irresponsable, interpretado por Will Rothhaar.
Más allá de la increíble química entre padre e hija que London y Omar proyectan, Chaparro entrega una actuación honesta y trascendental como Julian, un trabajo refrescante y logrado que contrasta drásticamente con su famosa imagen cómica. Bajo la dirección de Alvarez-Barreda, Omar se sometió a una profunda transformación artística y física, ganando 14 kilos para encarnar plenamente al personaje, cargando literalmente con el peso emocional de la familia en la pantalla. En sus propias palabras durante la noche del estreno, reflexionando sobre la poderosa experiencia que representó esta película para él, Chaparro expresó: «Eso es lo que me hizo sentir esta película. Darme cuenta de que podemos cumplir cualquier sueño.
Ser parte de algo más grande que tú. Ser parte del sueño de alguien más» referencias a Alonso quien estaba a su lado «Hacer sinergia, fluir, y darlo todo: entregarte, rendirte, vulnerable, sin «temor». Este papel representó un desafío sin precedentes para Omar, exigiendo una vulnerabilidad inédita y muy alejada de su personaje cómico habitual. Su inmersión en el mundo de Julian marcó un hito transformador en su carrera artística.
Los elementos visuales de The Wingwalker juegan un papel crucial en sumergir al público en las crudas realidades retratadas en la pantalla. La magistral cinematografía de Tom Campbell captura con maestría los contrastantes ambientes que Julian navega, desde las bulliciosas calles de Tijuana hasta la vasta e implacable extensión del desierto. Los íntimos primeros planos y el trabajo de cámara en mano transmiten la desesperación y aislamiento de Julian, mientras que las impresionantes tomas aéreas enfatizan la inmensidad de los desafíos que enfrenta. El diseño de producción de Élmer Figueroa Félix auténtica la estética descarnada de la película, recreando meticulosamente las vistas, sonidos y texturas de la región fronteriza.
Desde los vibrantes vendedores callejeros y papel picado en Tijuana hasta los áridos y desolados paisajes del desierto, cada plano destila una palpable sensación de lugar, transportando a los espectadores al corazón del arduo viaje de Julian.
Si bien la película ya se ha proyectado tres veces en Estados Unidos (Chicago Latino Film Festival, Dallas International Film Festival y Los Angeles International Latino Film Festival), el estreno en México en Guadalajara tuvo un importante significado para la historia de esta cinta y su director, quien siempre soñó con proyectar sus películas en México.
Un potente testimonio humano que atraviesa fronteras, la cinta explora con valentía, a través de los esfuerzos de Julian por reunirse con su hija, las duras realidades de los migrantes y las familias separadas, convirtiéndose en un poderoso testimonio cultural. Con su estreno en cines este octubre y su posterior arribo al streaming de Disney, los espectadores presenciarán una experiencia profundamente conmovedora.
Descubre más desde Diario-Digital.com
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.