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Protestas en Myanmar continúan pese a severa represión policial

Numerosos grupos de manifestantes de Myanmar volvieron a salir a las calles este domingo para protestar contra el régimen dictatorial instaurado recientemente y pedir el retorno de la democracia, justo un día después de que las fuerzas de seguridad dieran muerte a más de 100 personas en la jornada más sangrienta desde el golpe militar ocurrido hace un mes.

Las protestas se registraron en Yangon y Mandalay, las dos ciudades más grandes del país, pero también se replicaron en otras ciudades en menor cantidad. Varios de los manifestantes se enfrentaron nuevamente a las fuerzas policiales.

El sábado, unas 114 personas perdieron la vida durante las severas represiones por parte de las fuerzas del orden. La ola de protestas busca dejar sin efecto el golpe del 1 de febrero que derrocó al gobierno electo de Aung San Suu Kyi. Según el servicio de noticias en línea Myanmar Now, entre los fallecidos se encuentran varios niños menores de 16 años.

Otros medios e investigadores informaron desde Myanmar cifras de muertos bastante similares, superando con crecer el último pico de fallecidos en protestas, registrado el 14 de marzo. El número de asesinados por el régimen militar desde el golpe hasta la fecha asciende a 420, según múltiples recuentos.

El golpe ha significado un paso atrás en la lucha hacia la democracia en el país asiático, que había salido de cinco décadas de gobierno militar, convirtiéndose nuevamente en el centro del escrutinio internacional.

Los asesinatos del sábado a manos de la policía y el ejército tuvieron lugar en varios puntos del país, mientras el ejército de Myanmar celebrar el feriado anual por el Día de las Fuerzas Armadas con un desfile por la capital del país, Naypyitaw.

El abuso policial ha provocado una condena generalizada a nivel internacional, tanto de las misiones diplomáticas dentro de Myanmar como del extranjero.

El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, lamentó los incidentes ocurridos en Myanmar, en especial la muerte de los menores de edad.

“La continua represión militar es inaceptable y exige una respuesta internacional firma, unificada y resuelta”, expresó en su cuenta de Twitter.

En Estados Unidos, el secretario de Estado Antony Blinken expresó en la misma red social que su país estaba “horrorizado por el derramamiento de sangre perpetrado por las fuerzas de seguridad birmanas, demostrando que la junta sacrificará a la gente solo para servir a unos cuantos”.

En tanto, los jefes militares de 12 naciones han emitido una declaración conjunta condenando el uso de la fuerza contra personas desarmadas.

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