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Netanyahu niega que Israel se dirija a una guerra civil y defiende su reforma judicial

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, descartó que las protestas masivas en su país desencadenen una guerra civil, y consideró que la nueva legislación judicial que promueve su gobierno es necesaria, pese a que debilita gravemente a la Corte Suprema.

“No habrá guerra civil, se lo garantizo. Cuando el polvo se asiente, la gente verá que esto era necesario”, dijo este lunes en diálogo con NBC News.

El líder derechista es blanco de críticas en su país debido a una reforma judicial que, según sus críticos, pone en riesgo la democracia en Israel, ya que elimina uno de los pocos controles vigentes sobre el poder del gobierno.

En una encuesta publicada recientemente por el Canal 13 de Israel, el 56% de los israelíes siente preocupación por la crisis política en el país, y temen que la situación pueda dar lugar a una guerra civil.

No obstante, el primer ministro argumentó que está reequilibrando cuidadosamente las tres ramas del gobierno israelí, para alejar el poder de los jueces no electos. Según Netanyahu, estas últimos han tomado demasiada autoridad para sí mismos, por lo que es necesario empoderar a los políticos que sí fueron electos.

Si bien reconoció las divisiones que originó su reforma, el mandatario dijo que la legislación aprobada recientemente, que elimina la capacidad de la Corte Suprema para anular las acciones del gobierno por considerarlas “irrazonables”, ha valido la pena.

“Creo que los temores de la gente, que han sido avivados, disminuirán. Y verán que Israel es tan democrático como lo era antes, e incluso más democrático”, aseguró.

En otro momento, defendió la presencia de ministros de extrema derecha en su gabinete, en respuesta a las críticas del presidente estadounidense Joe Biden. También mencionó que un posible acuerdo de paz entre Israel y Arabia Saudita negociado por Estados Unidos sería “un eje de la historia”.

Entre los ministros israelíes más cuestionados se encuentra Itamar Ben-Gvir, que tiene a su cargo la cartera de Seguridad Nacional. El funcionario fue condenado en el 2007 por incitar al racismo y apoyar a una organización terrorista.

También es blanco de críticas el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, quien a comienzos de este año pidió que se “aniquilara” una aldea palestina. Tras las críticas recibidas, se vio obligado a pedir disculpas.

El propio Netanyahu enfrenta hasta tres procesos por corrupción. El primer ministro ha desestimado las acusaciones, calificándolas de “tonterías”.

Además de eliminar la “prueba de razonabilidad”, la reforma que promueve el gobierno israelí también plantea disolver la cláusula de anulación y cambiar la forma en que se nombran a los jueces. La primera parte del paquete de proyectos de ley fue aprobada el 24 de julio en la Knesset, el parlamento israelí.

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