Construyendo a Sergio- No Reseña – Por Gustavo Consuegra
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En “Ficciones”, Jorge Luis Borges escribe el prólogo imaginario de una novela. Del mismo modo, en los “Diarios” de Kafka hay numerosas ideas de largas narraciones que el autor nunca concretaría; La Película del Rey, opera prima del director argentino Carlos Sorín, muestra en su trama el desarrollo de una idea dramática que tampoco llega a concretarse. Quizá el subtítulo de esta nota “No Reseña”, el genial Gustavo Consuegra, amigo de Diario—Digital, esté inaugurando un nuevo género literario. Me consta su garra de narrador luego de haber navegado las inquietantes páginas de “Villa Fortuna”. Lo que podemos asegurar es que la novela “Construyendo a Sergio”, que aún se mueve en la intemporalidad deliciosa de la creación, genera en este texto la curiosidad del lector que aguardará su publicación con la ansiedad de un gourmet.
Gocho Versolari
No acostumbro s reseñar novelas antes de terminarlas. Para mi el papel manda. Quiero decir que cuando se escribe una novela,ciertamente la comienzas con un propósito. Pero nunca sabes que saldrá finalmente. Porque hay condicionamientos que gusto resumir diciendo: El Papel Manda. Una novela se hace solo escribiéndola, al menos es mi experiencia. Aplicable incluso en un proceso tan avanzado como lo es “CONSTRUYENDO A SERGIO” Además. cada lector, como se sabe, la construye a su manera.
Si escribo esta nota es porque no quiero defraudar la amabilidad del poeta Gocho Versolari. Quien dignamente dirige la sección literaria de este hermoso “Diario Digital”. A quien aprecio mucho y quien ha tenido la amabilidad de invitarme a las páginas del “Diario…”.
Digamos entonces que no se trata de una reseña de la novela,sino de reseñar un propósito. Y este propósito es el de escribir una novela que se titule “COSNSTRUYENDO A SERGIO” y que tome como eje la construcción del personaje .
Hacer que un personaje tenga vida propia, y que crezca independiente de los deseos del autor, no es poca cosa. Ha sido un rompecabezas para mi, acostumbrado a la construcción de seres políticamente correctos, cuyo crecimiento y finalidad se supeditaban a ese concepto. Temía enfrentarme al asunto.
Porque enfrentarse a esta cuestión significaba enfrentarse a si mismo. No me daba cuenta que el concepto Trotskista opuesto al concepto estalinista, sólo admite como justo aquello que para el arte sea justo. La vida es, por supuesto, más rica que cualquier gris teoría.
O sea: proclamándome trotskista tenía un punto de vista rígido y dogmático, en un asunto que es mi vida completa: el arte. De antemano sabía que no vencería ese problema sólo escribiendo sobre él. Porque otra enseñanza de la escritura es que lo que escribes te modifica a ti mismo, de suerte que cuando has terminado algo, (una novela en mi caso) no eres el mismo que ha comenzado Me ha sucedido con “Villa Fortuna”, con “Historias de Falacia” y con “Las Leyendas del Agua”. Algo en ese proceder me estaba cambiando. Y ese algo no necesariamente es un punto de vista nuevo y concluido. Puede ser solo el inicio de un proceso infernal. Así cuando escribía “Las Leyendas del Agua” cuyo tema es la violencia en Colombia, asumí el punto de vista de criticar a la visión pequeño burguesa que al aceptar como un hecho la violencia, en el fondo la aprueba. No comprendía que yo mismo formaba parte de esa legión que criticaba. Cuestión que se me vuelve evidente ahora y que es la iniciación de un proceso de despojo, que tampoco sé donde me llevará. Ha venido a mí. Ahora, Sergio. Del cual sólo puedo decir que pretende revisar un tema muy importante.
Y Nada Más.
Gustavo Consuegra
Enlaces de las obras de Gustavo Consuegra:
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