El índice de pobreza, una realidad dura de aceptar
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EN ARGENTINA
Después de un silencio de casi 24 horas, finalmente el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de Argentina ha acabado explicando por qué ha cancelado la publicación del índice de pobreza e indigencia correspondiente al segundo semestre de 2013, el cual iba a difundirse el pasado miércoles.
La omisión del índice de pobreza, que ha causado una intensa polémica en el país sudamericano estos días, se debe, según el organismo, a que hay «severas carencias metodológicas» en el índice que ha publicado durante los últimos años.
Sin embargo, diversos analistas y técnicos del mismo INDEC no confían en esta versión, ya que consideran que el Gobierno ‘kirchnerista’ persigue ocultar los verdaderos datos de pobreza de Argentina para tapar así una realidad social desalentadora que no ha hecho más que empeorar en los últimos años.
El organismo estadístico dejó de comunicar en enero los valores de la canasta básica alimentaria y de la canasta básica total, que sirven para fijar los índices de indigencia y de pobreza. El dato de pobreza de 2013 suscitó polémica, ya que se calculó esa cifra con una canasta que sugería que en Argentina se podía comer por 0,75 dólares por día.
Siguiendo esos parámetros, la pobreza se ubicaba en el 4,7 por ciento el primer semestre del año pasado, pero hay otros informes que han atendido a otros factores como el informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), que estima que la pobreza llega hasta el 25 por ciento en el país.
Según critican sectores contrarios al ‘kirchnerismo’, la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, elemento básico para elaborar el índice de pobreza, está paralizada por las órdenes del Ejecutivo argentino y con el aval de los directores del organismo, Ana María Edwin y Norberto Itzcovich, ha informado ‘La Nación’.
«LAS CONDICIONES HAN MEJORADO»
Por otro lado, y en base a los comentarios suscitados por la omisión del polémico índice, el jefe del Gabinete argentino, Jorge Capitanich, ha asegurado que, «independientemente de la metodología que se adopte», todos los indicadores determinan «clara y contundentemente» que «ha habido una drástica reducción de la pobreza y la indigencia» durante los últimos años y ha desestimado la cifra de pobreza que ronda el 30 por ciento por parte de sectores opositores.
En opinión de Capitanich, es imposible que la pobreza y la indigencia hayan aumentado a esa escala porque «en los últimos diez años se aumentó el trabajo en seis millones de puestos»y porque se ha generado, a su vez, «incremento en el poder adquisitivo real», según ha informado ‘Página 12’
OTROS DATOS
Sin embargo, ex técnicos del INDEC insisten en que el 12,1 por ciento de los argentinos son pobres. Según un documento delInstituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) que coordinan los economistas Claudio Lozano y Tomás Raffo, publicado este mes, hay, además, cinco millones de personas en Argentina que pasan hambre o que están bajo la línea de la indigencia.
Para elaborar este informe, los economistas han interpretado datos propios sobre la base del INDEC y también de la ex directora de Precios del Instituto, Graciela Bevacqua, quien renunció a su cargo después de denunciar presiones por parte del Gobierno en 2009.
En resumen, para estos economistas críticos con el INDEC, el Gobierno esconde tras la alfombra a 13,4 millones de pobres, de los que 5 millones son indigentes y considera que en sólo un año, entre el segundo semestre de 2012 y 2013, se registraron 1,8 millones más de pobres.
Además, los expertos han elaborado un mapa de «la geografía del hambre y la pobreza», en el que aparece la provincia de Chaco como la que más pobres acumula en todo el país. Aquí, donde Capitanich fue gobernador, la pobreza alcanza al 61,6 por ciento de los habitantes.
Tampoco los expertos del IPyPP confían en la canasta básica establecida por el INDEC. Contradiciendo sus cifras, han establecido que «una persona necesita al menos 37 pesos diarios para comer y una familia 115 pesos».
OTRO GOLPE PARA EL GOBIERNO
El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner aceptó el pasado 13 de febrero una inflación muy superior a la que reconocida hasta entonces. En siete años el INDEC informó de que los bienes y los servicios se encarecían menos de lo real, por lo que también calculaba que los argentinos necesitaran menos dinero para vivir cada día. Esto afectaba a la cifra de pobreza, que aparecía más baja de cómo era en realidad.
Por el momento, el Ejecutivo ha paralizado la difusión del nuevo dato, que, de revelar una pobreza muy superior a la indicada anteriormente, dejaría en mala posición a Fernández de Kirchner, quien en 2003, se enorgullecía de la bajada del número de pobres que aportó el INDEC.
El discurso del Ejecutivo argentino se ha apoyado en gran medida en las políticas de inclusión social, en combatir los«núcleos duros de pobreza» y, en definitiva, en posibilitar el crecimiento económico sin dejar fuera a un sector de la población. Aceptar las nuevas cifras del INDEC podría suponer un duro golpe para el Gobierno ‘kirchnerista’.
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