Un terremoto de 7.8 grados de magnitud se produjo en el sureste de Turquía, llegando a sentirse también en Siria. Varios edificios han resultado destruidos, y se prevé un alto número de víctimas.
De forma preliminar, se confirmaron tres personas fallecidas en Turquía como consecuencia del fuerte sismo.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, el terremoto tuvo su epicentro a unos 33 km de Gaziantep, una importante ciudad y capital provincial. El terremoto se centró a 18 km de profundidad, de acuerdo a la misma fuente.
Solo diez minutos después del movimiento, se produjo una fuerte réplica que alcanzó los 6.7 grados y se sintió en varias provincias, incluida la capital Ankara.
Un corresponsal local de la BBC en Diyarbakir informó que un centro comercial de la ciudad se derrumbó por completo.
En tanto, la Defensa Civil de la oposición en Siria informó que la situación en el noroeste del país era “desastrosa”, y agregó que varios edificios enteros quedaron en ruinas, y que la gente ha quedado atrapada bajo los escombros. La misma entidad recomendó a la gente que evacúe los edificios y se reúna en zonas abiertas.
La agencia de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía, la AFAD, señaló que el sismo fue de 7.4 grados y tuvo su epicentro en la ciudad de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras.
El terremoto se produjo en medio de una fuerte tormenta de nieve registrada en el Medio Oriente, cuya duración podría prolongarse hasta el jueves, según especialistas. En Líbano llegó a sentirse el sismo, aunque en menor intensidad.
En este último país, el sismo provocó que muchos residentes salieran de sus casas, y los edificios se sacudieron por espacio de 40 segundos. Varias personas en Beirut optaron por alejarse de los edificios a bordo de sus automóviles.
Turquía es un país que se asienta sobre las principales líneas de falla y su territorio es afectado por terremotos con mucha frecuencia.
En el año 1999, unas 18,000 personas fallecieron por una serie de terremotos que azotaron el noroeste de Turquía.
