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¿Cómo será el primer Censo “en línea” y quien garantiza la confidencialidad?

Washington D.C. •  El Censo de los Estados Unidos es un proceso de conteo de la población con el fin de distribuir fondos del presupuesto nacional entre las diferentes comunidades de la nación. El programa se despliega cada 10 años desde hace 117 años y está incluído en la Constitución de los Estados Unidos.

La participación en el Censo es obligatoria, sin importar nacionalidad o estado migratorio. La misión principal es de distribuir fondos del estado equitativamente y ajustar el número de delegados políticos en cada estado en respuesta a los niveles de población.

Mucha polémica a rodeado el Censo 2020, en especial cuando se trata del conteo de personas indocumentadas. Muchos migrantes indocumentados en los Estados Unidos temen que un conteo pudiera resultar en su arresto o deportación, especialmente desde que la política anti-inmigrante de Donald Trump se convirtiera en un lema nacional.

El intento de introducir una pregunta sobre la nacionalidad de cada respondiente también tuvo su momento de polémica en la política nacional. La Corte Suprema derogó la pregunta y la declaró inconstitucional y sin base a la misión principal del Censo que es de contar las personas, sin importar de done sean.

El Censo es mucho más benigno y dispone de protecciones amplias en contener la privacidad de la información obtenida. Es decir, el Censo no supone una amenaza para las comunidades migrantes en Estados Unidos. El propósito es de contar a cuanta gente haya para proporcionar dinero y recursos. Si los números del Censo no reflejan correctamente, escuelas no tendrán matrícula para cada estudiante, hospitales no dispondrán de fondos de ayuda para pacientes que no puedan pagar, la infraestructura y las carreteras que usamos a diario para llegar al trabajo no serán respaldados con fondos federales y programas de ayuda para comida y libros para estudiantes no serían posibles. El Censo existe por el bien común y es vital para que cada persona en el país aporte su presencia para recibir esos fondos.

El 2020 verá un cambio importante en el Censo, siendo el primero en contarse de manera digital además de por papeleta. La idea es de simplificar el proceso y añadir un nivel de conveniencia y privacidad al proceso. Sin embargo hay muchos residentes en Estados Unidos que no disponen de acceso a la Internet en sus hogares. Más del 30% de las poblaciones vulnerables no disponen de acceso a la Internet, añadiendo un problema logístico para los profesionales del Censo.

El conteo se realizará el 1 de Abril, 2020. Ese día es cuando debemos todos contribuir la información de donde vivimos, quien vive en nuestro hogar y un informe completo de cada menor que vive con nosotros. En Estados como Missouri, a cada humano le corresponde $1300 dólares, sean adultos o bebe. En una familia de 4 esto supone un conteo de $5200 dólares. Multiplicando por millones, esta cifra asciende a bastante dinero para Missouri en ayudar con obras de infraestructura, oferta de programas sociales, educación, ciencias, y medicina. Todo a beneficio de la comunidad, sin importar país de origen, color de piel o estado migratorio.

“Queremos recordarles que el Censo toma poco tiempo de responder, pero significa mucho para nuestras comunidades”, dijo la activista. “Sus resultados ayudan a traer recursos a sus hogares y aseguran que nuestros valores están representados en el gobierno”. 

Pregunta: ¿Cómo puedo estar seguro que mi información se mantendrá confidencial o que no será usada en mi contra por el gobierno? 

Según un sondeo del Public Policy Institute de California, al 63% de los californianos le preocupa la confidencialidad de los datos que entregue al gobierno en el Censo. Este sentir se acentúa en comunidades como los latinos (74%) y los afroamericanos (74%). 

Hay dos niveles en esta desconfianza. 

Uno, si entregar datos “en línea” al gobierno es seguro en una época en la que los hackeos de datos a empresas privadas financieras, por ejemplo, están sobre la palestra todos los días. 

Dos, si es posible confiar en este gobierno a la hora de hacer buen uso de la información de la ciudadanía. 

En cuanto a la primera duda, la Oficina del Censo asegura que ha trabajado a varios niveles para proteger la información que recabará en línea o por medio de sus “contadores” puerta por puerta, quienes también llevarán teléfonos con un aplicativo especial para enviar toda la información directamente a sus bases de datos.

Los datos serán “encriptados” para proteger su transmisión. El personal deberá usar doble autenticación para verificar a los usuarios y el gobierno utilizará el sistema Einstein 3A para monitorear las redes e identificar actividad maliciosa en torno a las bases de datos. 

En segundo lugar, la confianza en el manejo de los datos está garantizada por la ley, señalaron portavoces del Censo. 

“La ley es clara: no se puede compartir ninguna información personal”, explicó un email enviado en respuesta a nuestras preguntas por Patricia Ramos, portavoz regional del Censo. 

“Bajo el Título 13 del Código de los Estados Unidos, la Oficina del Censo no puede revelar ninguna información identificable sobre individuos, hogares o negocios, ni siquiera a las agencias del orden público. Todos los empleados de la Oficina del Censo juran proteger su información. Hemos jurado de por vida proteger la confidencialidad de sus datos. Podríamos ir a la cárcel o ser multados con hasta $250,000 si violamos ese juramento”, agregó la funcionaria. 

Guevara, de CHIRLA, añadió que la ley está de lado de la confidencialidad. Y para los que no confían en este gobierno, la activista pidió confiar en la vigilancia de la comunidad legal y grupos comunitarios. 

“Estamos comprometidos a servir como guardianes de lo que suceda, nosotros no tenemos miedo a asumir la lucha necesaria para asegurar que este gobierno cumpla la ley”, dijo. 

Con información de la Oficina del Censo 2020.

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