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Escenario electoral boliviano avanza con cautela

El escenario político boliviano avanza con lentitud hacia una definición de cómo lucirán las alternativas que tendrán los votantes que acudirán a las urnas a elegir un nuevo presidente, aproximadamente, en el mes de marzo.

Pero aún falta mucho por definirse. El Tribunal Supremo Electoral y sus delegaciones departamentales tienen que lograr el nombramiento de nuevos vocales, o directivos, y para ello está por vencerse el plazo de 20 días que estipuló la Asamblea Nacional hace ya 15 días.

También falta por definirse quiénes serán los candidatos del partido Movimiento al Socialismo (MAS), del exgobenante Evo Morales, de la oposición tradicional y de los nuevos movimientos que han venido surgiendo como supuestas fuerzas renovadoras que, dicen, querer instaurar una nueva modalidad de hacer política.

La espera no ha estado libre de drama.

Luis Fernando Camacho, líder del Comité Cívico de Santa Cruz y quien lideró las protestas tras los comicios anulados del 20 de octubre, se vio involucrado en un escándalo luego que se revelara una grabación en la que el líder del Comité Cívico de Potosí, Marco Antonio Pumari, le pide 250.000 dólares y el control de dos puestos aduaneros para aceptar ser su candidato a la vicepresidencia.

Camacho rechazó la petición de Pumari y rompió sus pláticas con éste. Pumari, que confirmó que la conversación tuvo lugar, dijo que la solicitud del dinero se hizo para costear su campaña política a la vicepresidencia.

“Eso fue una deslealtad de uno de los dos sectores, pero que al final le hace daño por igual a los dos”, dijo a VOA el abogado constitucionalista William Bascope Laruta. “Eso a los que más beneficia es (al expresidente y reciente candidato presidencial) Carlos Mesa y a los del Movimiento al Socialismo”, agregó.

Y mientras este líder opositor, Camacho, lucha por no quemarse ante la opinión pública, los seguidores del expresidente Evo Morales aún no designan a sus candidatos. Dicen que lo harán en las próximas semanas y se han limitado a informar que Morales se desempeñará como Jefe de Campaña.

El gobierno de la presidenta interina Jeanine Añez ya criticó la designación de Morales como jefe de campaña por tener este varias acusaciones penales por el fraude electoral de octubre y los posteriores actos de violencia.

El que ya definió su intención de presentarse como candidato es el expresidente Carlos Mesa, quiene enfrentó a Morales en las elecciones del 20 de octubre y quien reclamaba ir a una segunda vuelta.

Pero una buena parte del espectro político boliviano sigue moviéndose con cautela para seleccionar a sus candidatos y presentarlos en el momento correcto. Con discreción, distintos movimientos sociales se han acercado a personalidades sin trayectoria política para consultarles si aceptarían ser nominados.

“Todavía hay que esperar que se defina más la situación”, dijo el abogado Bascope Laruta.

Según este abogado, hay que prestar atención a lo que ocurrirá en el MAS, pues es probable que haya una fractura entre los leales a Morales y quienes lo rechazan por haber designado en su gobierno a personas que no habían estado ligadas a los movimientos de lucha indígena.

Para el analista Carlos Sánchez Berzaín, del Instituto Interamericano para la Democracia, basado en Miami, se tienen que definir los candidatos de tres sectores. Los que él llama “de la dictadura”, los “opositores funcionales” o los “renovadores”.

Y es que, según Sánchez, “se sacó al dictador y ahora nos falta la parte más dura que es sacar la dictadura”, en alusión al MAS y una estructura de gobierno leal de Morales que hará lo posible para preservar sus cuotas de poder. Al frente de ese esfuerzo estaría el MAS y su mayoritaria bancada en el Congreso.

Morales, en declaraciones al diario mexicano El Heraldo, se inclinó por “Diego Pary, que estaba conmigo; excanciller David Choquehuanca. Está Luis Arce, está un joven de mi región, Andrónico Rodríguez. Está difícil, ahí tenemos jóvenes, personas mayores de mucha experiencia y vamos a buscar quién puede garantizar (…) para mí es difícil decir, todos son mis compañeros, todos son mis hermanos, no puedo decir (…) vamos a debatir con el pueblo de manera transparente”.

Luego argumentó que “cada uno tiene su propia cualidad: Andrónico a la juventud; hermano ministro Luis Arce garantiza la estabilidad económica; Diego Pary, buenas relaciones internacionales; David Choquehuanca, más relacionado con el tema indígena”.

Pero añadió que “primero hay que conocer quién es el candidato opositor fuerte en base a eso tenemos que elegir”.

Sánchez Berzaín espera luego ver los candidatos de los partidos tradicionales como el Movimiento Revolucionario Nacionalista, de Mesa, y otros que, según el analista, hacían una oposición parasitaria pues pactaban con el gobierno mientras le permitían decir que había una oposición saludable.

Y finalmente espera la definición de los “renovadores”, figuras no tradicionales en la política boliviana que podrían beneficiarse del hastío de los votantes con los políticos de siempre y quienes desean una nueva generación de políticos dispuesto a tirar al traste todo lo que huela a viejo.

Camacho es el más visible de los renovadores. Pero los movimientos sociales andan tocando las puertas de personalidades del país que no tienen ningún historial o relación con la política tradicional. Según el abogado Bascope Laruta, a él ya le llegaron a tocar la puerta, pero afirma que no ha llegado el momento para tomar una decisión.

“Dios dirá, y mi familia”, dijo a la VOA, en entrevista telefónica.

Pero mientras deciden, el Congreso tiene la tarea de nombrar a los nuevos vocales del Tribunal Supremo Electoral, institución encargada de convocar, organizar y rectorear las elecciones.

Actualmente ya se han recibido centenares de postulaciones y se encuentran en un período de impugnaciones. Los candidatos serán medidos por su preparación académica y su experiencia profesional.

Pero uno de los grandes retos es que los seleccionados sean realmente independientes de cualquier movimiento político y que no se trate de una simple repartición de cuotas de poder.

“Yo no creo vaya a haber seguidores de Mesa o de Camacho”, dijo el abogado Bascope Laruta. “El peligro es que el Congreso, donde el MAS controla tres cuartas partes, vaya a elegir a gente suya para influenciar las elecciones. Sí hay un riesgo de eso”.

Sánchez Berzaín, sin embargo, considera que no habrá margen para hacer alteraciones a los resultados electorales. El que se atreva a intentarlo sería descubierto, apoyados por la tecnología.

“Ya vimos lo que pasó en las elecciones fraudulentas, donde gracias a la tecnología rápidamente se logro detectar todas las manipulaciones”, afirmó.

El período de impugnaciones vencerá en tres días y para el 20 de diciembre se espera tener la lista de candidatos para que las nuevas autoridades electorales sean electas por el Legislativo. Una vez juramentados deberán convocar a nuevas elecciones dentro de un plazo no mayor a los 120 días. La nueva elección, según este cronograma, vendría realizándose a finales de marzo.

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