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Hondureño invoca el santuario en iglesia de Maplewood para frenar su deportación

Maplewood, MO — 29 de Nov. (Diario-Digital.com) • Desde que Donald Trump tomara el mando del gobierno estadounidense el tema de inmigración ha tomado mayor relevancia para aquellos que se encuentran en el país de manera indocumentada. La preocupación entre las comunidades latinas en Estados Unidos ha aumentado marcadamente, creando estrés para millones de familias.

Para una de estas familias en Missouri, el peor de los temores se ha hecho realidad. El espectro de la deportación amenaza con separar a un padre y marido de su familia de cinco hijos. El hondureño, Alex García se encuentra con orden de deportación y el ha recurrido a un proceso poco conocido y menos usado para intentar protegerse mientras su caso es considerado por las autoridades migratorias.

Alex García entró al país de manera irregular hace unos 13 años. En su primer intento de cruce fue capturado y regresado a su país de honduras. En su segundo intento logro entrar al país de manera irregular por la frontera con México. Durante los siguientes años, García encontró trabajo y se asentó eventualmente en Poplar Bluff en el sur del estado de Missouri. Ahí conoció a su esposa con el que cría a cuatro muchachos y una niña.

Durante los últimos años, García cooperó con las autoridades de inmigración registrándose con ICE cada año. En Septiembre, tras una visita a la oficina local de inmigración, García fue ordenado en salir del país. Lo que hizo a continuación no es considerado una defensa legal y no contiene ninguna garantía judicial, pero hasta la fecha parece haber funcionado para Alex.

Poco después de saber de su orden de deportación, Alex entró en santuario, un proceso de refugio dentro de una iglesia o centro eclesiástico. García se encuentra refugiado bajo este proceso desde Septiembre y permanecerá ahí hasta que su caso tenga resolución de una manera u otra.

El proceso de santuario es un amparo que remonta hasta la Edad Media y quizás más atrás. El movimiento de Santuario, permite a una persona buscada por la ley en ampararse sobre ‘tierra santa’. En la edad media, aquellos perseguidos por las autoridades podían buscar asilo en las iglesias, consideradas «Tierra Santa» por la iglesia catolica. En aquel entonces el amparo se basaba en el poder político de la iglesia. Siempre y cuando la persona permaneciera en la iglesia, convento o monasterio, el perseguido podría contar con la protección ecclesiastica.

En términos modernos, el Santuario tiende a tener la misma invocación, pero aplicado específicamente a inmigrantes indocumentados que buscan el amparo de la comunidad eclesiástica en defensa en contra de la deportación. El movimiento tuvo un resurgimiento en la década de los 80 cuando inmigrantes, principalmente de Guatemala y El Salvador buscaban refugio de las guerras y condiciones inciertas de esa época.

A día de hoy, las autoridades han respetado la costumbre para casos en donde el perseguido no es violento, o haya cometido un acto criminal violento. La motivación quizás sea un tanto distinta para las autoridades, ya que no hay ley u ordenanza que prohíba la entrada de policías o agentes de ICE al centro de culto donde se encuentra Alex García. Más bien, la decisión de no hacerlo pudiera ser una ser para evitar un drama mediático y problemas de relaciones publicas.

«…Se trata de siglos de experiencia y de costumbre de no entrar en las iglesias o demás sitios de culto» dijo el abogado de inmigración Richard Hein sobre el proceso de santuario. «No existe ningún remedio legal que yo sepa para que la ICE no entre en la iglesia y efectúe un arresto»

Pero Alex García se mantiene positivo y sabe que tiene una comunidad de apoyo importante detrás de él. «Con la ayuda que tengo todavía no me doy por vencido» dijo Alex en exclusiva a Diario Digital. «Gracias a mi familia y todo el apoyo de amigos y mucha gente que me apoya… creo que no me rindo todavía.»

La iglesia en donde se encuentra refugiado ha tomado la enorme responsabilidad de abogar por el bienestar de Alex. Técnicamente, Alex es un fugitivo de la ley tras recibir la orden de deportación. Eso no cambia hasta que las autoridades migratorias decidan lo contrario.

La iglesia de Christ Church no contaba con apartamento o lugar para hospedar de manera humana a García. Los miembros de la iglesia construyeron un baño con ducha y habilitaron una habitación del lugar para acomodar las necesidades del hondureño. Durante el día se mantiene ocupado haciendo trabajos para la iglesia. La actividad ayuda a que pase el tiempo sin enfocar en las angustias de la separación de su familia y contemplar la incertidumbre que su caso crea para él.

La reverenda Rebecca Turner, líder de la iglesia en donde se encuentra Alex refugiado optó por tomar esta responsabilidad como un llamado. Después del todo, su iglesia aboga por la igualdad de todos los humanos y ha sido una voz activa en defensa de Alex, incluso antes de que éste llegará a vivir entre sus paredes.

«Estoy tranquila que hemos respondido al reto de acoger a Alex y estamos comprometidos con él hasta donde haga falta» dijo Rebecca Turner en una entrevista con DiarioDigitalSTL.com.

La decisión de Alex de ampararse en el proceso de santuario ha tenido consecuencias profundas. Separado de su familia que aun permanece en Poplar Bluff Alex tiene que esperar por una decisión que pudiera tardar meses en llegar. Mientras tanto las semanas pasan sin que pueda estar con su familia, en su trabajo y realizando su vida cotidiana.

«Yo como abogada, le aconsejo a Alex las consecuencias legales en lo que puede pasar con su caso» dijo Nicole Cortés, Abogada en el caso de Alex. «Gracias a Dios existen organizaciones como …[IFCLA]… que organizan por parte comunitaria.»

Cortés trabaja para la organización de MICA, un grupo de abogados y activistas que abogan por los derechos humanos de los refugiados y en especial de los indocumentados viviendo en St. Louis. La organización comenzó hace cinco años con el fin de ofrecer servicios legales para los afectados por la deportación y casos semejantes de inmigración. Cortés estima que el proceso de Santuario puede comprar un tiempo valioso en frenar el proceso de deportación para que ella pueda presentar documentos de amparo y en intentar convencer a las autoridades de que Alex es una presencia positiva y necesaria tanto para su familia como para la comunidad donde vive.

Organizaciones como la Coalición Inter-religiosa para Latinoamérica (IFCLA por sus siglas en inglés) ha sido el principal participante en el proceso de proteger a Alex contra esta deportación. La organización acaba de celebrar su 35 aniversario y se encuentra involucrado en varios programas de ayuda social a la comunidad. Entre estas está el denominado programa de justicia social. Categoría en la que se encuentra Alex.

Sara John es la coordinadora de IFCLA en St. Louis y su principal trabajo últimamente ha sido de atender el caso de Alex Garcia y crear un programa de justicia social para los indocumentados en St. Louis. Los organizadores y miembros de esta organización han creado una coalición de iglesias y organizaciones de fé que buscan proteger los derechos humanos y cívicos del inmigrante, en especial del latinoamericano.

Según su defensa, la salida de Alex del país causaría daños materiales y personales tanto para el como su familia. Como el principal sostén en su familia, Alex tiene la esperanza de poder quedarse y continuar proveyendo para sus hijos y esposa de los cuales ha estado separado desde Septiembre.

Hablando con Alex, el prospecto de salir no es una opción para él. Hay motivos por los que dejó su tierra natal para llegar a tierras estadounidenses. Entre estos factores se encuentra la condición más prevalente entre los indocumentados, la pobreza y las condiciones de vida que ello acarrea.

Aunque en el caso de Alex no hay garantías, la esperanza es que las autoridades migratorias sobrepesen el caso especifico de este hombre hondureño. Tomen en cuenta su estancia contribuida y el hecho de que su salido perjudicará a sus hijos menores.

Diario Digital se acercó a las oficinas de la ICE en St. Louis para obtener información sobre su política o actitud sobre el santuario, pero no recibimos respuesta antes de la publicación de este reportaje.

Sea cual sea el resultado para Alex, el caso muestra que el problema de la inmigración latina en Estados Unidos es un problema contundente y real que afecta a millones de personas. El congreso tiene el poder de corregir esta incertidumbre, aclarar ciertas leyes y promover la idea de que la diversidad, cuando es aplicada en términos positivos, tiene una clara ventaja a esta sociedad. Pero la segregación, separación de familias y rechazo de nuevas ideas y conceptos pudieran perjudicar nuestro desarrollo social y económico.

Es justo pensar que los Estados Unidos tiene el derecho de proteger sus fronteras y saber quién entra el país. Aunque Estados Unidos ha tenido una política abierta hacia el inmigrante, es también justo pensar que como país soberano tiene que tener un orden en la aplicación de sus leyes.

El problema de la inmigración ilegal es amplio y las soluciones no son fáciles de alcanzar, pero continuando en ignorar las condiciones sólo empeora la situación que hasta hoy alcanza condición de crisis humanitaria.

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