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Trump visita el Muro de los Lamentos en Israel

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Jerusalén, Israel — 22 de Mayo (VoA) • El presidente Donald Trump rindió tributo al Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado donde los judíos pueden orar como parte de su primera visita a Israel como presidente.

Trump frente al muro de lamentos en Israel, uno de los puntos más sagrados para el judaísmo.

Llevando un kipa negro –gorro que usan los judíos para cubrirse la cabeza-, Trump caminó lentamente hacia la pared y presionó su mano derecha contra la piedra durante unos 30 segundos.

Luego introdujo una nota de oración en una hendidura profunda. Su esposa y su hija Ivanka visitaron la sección de mujeres del muro.

El sitio localizado en la Ciudad Vieja de Jerusalén en el este de Jerusalén estaba en el centro de una reciente polémica entre los dos aliados tras el rechazo de Estados Unidos de decir que es parte de Israel.

Antes de visitar el Muro, Trump visitó la Iglesia del Santo Sepulcro. Se cree que fue donde Jesús fue crucificado, y donde se encuentra su tumba.

Donald Trump, arribó este lunes en Tel Aviv en su primera visita oficial a Israel donde llega con la expectativa de revivir de alguna manera los esfuerzos por alcanzar el largamente esperado acuerdo de paz entre israelíes y palestinos, estancado desde 2014.

Trump fue recibido por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien lo llamó «un verdadero amigo» y por el presidente israelí, Reuven Rivlin.

Trump tiene previsto una reunión formal con Netanyahu este mismo lunes, y el martes con el presidente palestino Mahmoud Abbas durante una corta visita a Cisjordania.

En sus palabras de llegada, el mandatario estadounidense dijo: «Tenemos frente a nosotros una rara oportunidad de traer seguridad y estabilidad y paz a esta región y a su gente».

Pero los allegados de Trump han estado minimizando las expectativas de avances significativos en el proceso de paz entre palestinos e israelíes como resultado de la visita del mandatario, alegando que la presencia del presidente será algo más simbólico que sustantivo.

Israel autorizó el domingo algunas concesiones a los palestinos requeridas en anticipación a la llegada de Trump.

Un grupo de ministros del Gobierno de Netanyahu autorizó las medidas económicas y votó para establecer un comité que examinará si legaliza las construcciones de asentamientos que se realizaron en la ocupada Cisjordania sin aprobación formal.

Israel también ha expresado su preocupación por una venta de armas por 110.000 millones de dólares a Arabia Saudí que Trump anunció el sábado en Riad. Yuval Steinitz, un alto ministro de gabinete israelí y confidente del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, calificó a Arabia Saudí como «un país hostil» y dijo que el acuerdo era «definitivamente algo que debería preocuparnos».

Trump le encargó a su yerno Jared Kushner y a Jason Greenblatt, su abogado de negocios de hace mucho tiempo, la tarea de trazar el rumbo hacia un proceso de paz. El esfuerzo dirigido por la Casa Blanca representa un cambio brusco de dirección respecto a la práctica de otros presidentes de Estados Unidos, que normalmente daban esas riendas a los máximos representantes diplomáticos del país: sus secretarios de Estado.

Kushner y Greenblatt acompañan a Trump en su visita.

Aunque las autoridades israelíes dieron la bienvenida a la elección de Trump, algunos desconfían ahora de la línea que ha tomado frente a los asentamientos: instando a la moderación, pero sin llegar a pedir un alto total de su construcción.

En marzo, Trump dijo que un acuerdo de paz entre Israel y Palestina puede “ser no tan difícil de lograr como la gente pensaba”, pero no ha dado ninguna indicación de cómo espera atender este tema de manera diferente a lo que hicieron gobiernos estadounidenses previos.

El gobierno de Trump también se ha alejado de una promesa de campaña, de trasladar la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusalén. Con ello ha acabado por inclinarse por las mismas preocupaciones diplomáticas y de seguridad que otros presidentes que han hecho promesas similares.

Algunos palestinos, que vieron la victoria de Trump con cierto temor, han reaccionado gratamente y sorprendidos por la apertura mostrada por Trump durante una reciente reunión con Abás en Washington.

 

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