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¿Cómo está Río de Janeiro a falta de 50 días para los Juegos Olímpicos?

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Brasil (NM) –   Solo faltan 50 días para que atletas de todos los rincones del mundo se den cita en uno de las mayores competiciones deportivas que durará del 5 al 21 de agosto: los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Brasil.

Juegos olímpicos

Un espectacular torneo que no ha quedado exento de polémica desde el mismo día en que la ciudad brasileña fue escogida como sede para el 2016.

Una delicada situación financiera, con un fuerte desaceleramiento económico, sumado a un fuerte clima de tensión política tras el ‘impeachment’ –juicio político– contra Dilma Rouseff, no parecen el marco ideal para acoger una competición de tal prestigio y calibre.

Y dejando de lado la situación económica y política del país, lo cierto es que la preparación de los Juegos Olímpicos no ha llegado a su punto y final a falta de 50 días para el comienzo.

La semana pasada, la falta de un permiso propició que se detuvieran las obras en la cancha de voley-playa de la playa de Copacabana, trabajos que fueron reanudados este mismo miércoles.

Además, las obras en el velódromo, una de las infraestructuras que más quebraderos de cabeza ha traído al comité organizador, se extenderán todavía hasta mediados de julio.

Las previsiones actuales estiman que el velódromo no estará listo hasta que falte menos de un mes para que los juegos den el pistoletazo de salida.

Por otra parte, las autoridades brasileñas han admitido que la obra para la construcción de la línea 4 del metro de Río de Janeiro, que debe enlazar Copacabana e Ipanema con el Parque Olímpico en Barra de Tijuca, podría quedar inconclusa para el inicio.

ZIKA 

Pero aparte de los (grandes) problemas que están teniendo los organizadores con las infraestructuras, no hay que olvidar otros importantes retos que amenazan el óptimo transcurso de los juegos: la seguridad en el país, el Zika y la contaminación.

La alarma del virus Zika lleva sonando varios meses, y algunos atletas no han hecho ‘oídos sordos’. Grandes deportistas, como el NBA español Pau Gasol han llegado a rechazar, aunque no de manera definitiva, la posibilidad de acudir a la cita olímpica por riesgo de contraer la enfermedad.

Sin embargo, desde Brasil se ha fecho con frecuencia un llamamiento a la calma ante el temor que inspira la picadura del mosquito ‘Aedes aegypti’, transmisor de la enfermedad.

Incluso la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha considerado que existe un «riesgo muy bajo» de que el Zika se extienda por culpa de los Juegos.

En cualquier caso y como medida preventiva, el Gobierno brasileño ha anunciado el desembolso de 19,5 millones de reales (unos 4,8 millones de euros) para desarrollar programas de salud pública antes, durante y después de la competición.

Otro de los grandes peligros que acechan es la violencia imperante en Brasil, por lo que las autoridades han anunciado el despliegue de 65.000 policías y 20.000 soldados con motivo del acontecimiento deportivo.

Incluso la ONG Amnistía Internacional lanzó a principios de mes una campaña contra la violencia policial en Brasil, tras señalar que «Brasil está a punto de repetir por los Juegos Olímpicos las graves violaciones de Derechos Humanos cometidas por las fuerzas de seguridad con la excusa de la celebración del Mundial de Fútbol de 2014».

El último problema a abordar es el de la contaminación, asunto que lleva preocupando varios meses a los organizadores. Sobre todo en lo relativo a las pruebas acuáticas debido al mal estado de las aguas de Río.

En marzo se notificó que la Bahía de Guanabara, la Laguna de Rodrigo Freitas y la playa de Copacabana –que albergarán distintas pruebas– estaban contaminadas por un virus que se reproduce en el sistema intestinal y respiratorio de las personas, causante de dolencias estomacales, respiratorias, diarrea aguda y vómitos.

Más recientemente, varios científicos hallaron unas «súper bacterias» peligrosas y resistentes a los medicamentos frente a las playas de Río de Janeiro donde se realizarán eventos olímpicos de natación y en una laguna donde los atletas de remo y piragüismo competirán cuando empiecen los Juegos el 5 de agosto.

Cada vez queda menos para que de comienzo uno de los mayores espectáculos deportivos del mundo y, tanto las autoridades brasileñas como los organizadores del torneo, enfrentan 50 días en los que tendrán que ultimar varios preparativos y resolver algunos problemas.

 

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