Siria permitirá llevar ayuda humanitaria a zona controlada por rebeldes
El régimen de Bashar Al-Asad, quien ostenta el poder en Siria desde el año 2000, aceptó abrir dos corredores en la zona fronteriza con Turquía, dominada por grupos rebeldes, a fin de facilitar la llegada de ayuda humanitaria por parte de la comunidad internacional, luego del devastador terremoto ocurrido la semana pasada.
El anuncio fue realizado por el jefe humanitario de las Naciones Unidas, Martin Griffiths, quien se reunió a puertas cerradas con los miembros del Consejo de Seguridad. El funcionario acababa de reunirse en Damasco con Al-Asad, de acuerdo a fuentes diplomáticas.
La ONU había solicitado días atrás la apertura de los cruces fronterizos en el noroeste, debido a la crisis desatada por el terremoto y sus posteriores réplicas. En principio, los corredores permanecerán abiertos durante tres meses.
Poco después, el secretario general de la ONU, António Guterres, confirmó la noticia y resaltó la decisión tomada por el gobernante sirio.
“Doy la bienvenida a la decisión hoy del presidente de Siria, Bashar Al-Asad, de abrir los dos cruces de Bab al Salam y Al Ra’ee desde Turquía en el noroeste de Siria por un periodo inicial de tres meses para permitir la oportuna entrega de ayuda humanitaria”, expresó.
Y agregó: “A medida que el número de víctimas del terremoto del 6 de febrero sigue aumentando, la entrega de suministros alimentarios, de salud, nutrición, protección, refugio, para el invierno y otros productos vitales a los millones de afectados es de máxima urgencia”.
Hasta antes de la decisión de la autoridad siria, la comunidad internacional solo podía utilizar el paso de Bab al Hawa, ubicado entre Turquía y la provincia de Idlib, gracias a una resolución del Consejo de Seguridad que permite trasladar suministros por esa zona opositora sin necesidad de contar con permiso del gobierno.
Aunque la organización reclama más accesos desde hace años, la crisis de los últimos días llevó a Naciones Unidas a buscar de urgencia la apertura de estas dos nuevas vías para entrega ayuda a la población, y con esa intención viajó Griffiths a Damasco.
En los últimos días, el Gobierno sirio había mantenido su postura de que toda la asistencia debería canalizarse desde el interior del país, una vía que la ONU ha usado en algunas ocasiones, pero por la que asegura que es mucho más complicado proceder al necesitar coordinación entre las partes del conflicto y requerir atravesar el frente de combate.
