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Argentina: Policías reciben histórica condena por crimen de “odio racial”

Tres policías fueron condenados a cadena perpetua en Argentina por el asesinato de un joven de 17 años ocurrido en el 2021 en la periferia de Buenos Aires. Los jueces consideraron que el crimen fue motivado por “odio racial”, marcando una sentencia sin precedentes en el país sudamericano.

Los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 25 condenaron a prisión perpetua a los oficiales Gabriel Isassi, Fabián López y Juan José Nieva, calificados como coautores de “homicidio quíntuplemente agravado” cometido con premeditación y alevosía, por odio racial y abusando de sus funciones como fuerzas de seguridad.

La víctima, Lucas Gonzáles, fue asesinado en el barrio porteño de Barracas, cuando retornaba de entrenar en un club de fútbol acompañado de tres amigos.

“Los estigmatizaron porque eran morochos, porque salieron de una villa, de un barrio carenciado, pero salían de entrenar. Los vieron, los esperaron, me lo torturaron, le quemaron el cuerpo con cigarrillos, me lo acribillaron”, narró el padre de Lucas, Héctor González, antes de entrar a la audiencia.

Además de los tres principales implicados, hubo once acusados por alterar pruebas, de los cuales cinco fueron absueltos.

De los seis oficiales restantes, tres son comisarios y uno subcomisario. Ellos recibieron condenas de seis años de prisión e inhabilitación por diez años por encubrimiento. Los otros dos oficiales recibieron sentencias de cuatro años por encubrimiento y ocho años por torturas, respectivamente.

“Es una sentencia histórica para Argentina, para que nunca más haya casos como Lucas González. Hemos conseguido que las víctimas y sus padres sean considerados víctimas de violencia institucional”, destacó el abogado demandante Gregorio Dalbón, luego de conocerse la sentencia.

El letrado agregó: “Es histórico porque nunca antes hemos escuchado condenas por violencia institucional por odio racial”.

Los cuatro jóvenes acudieron a probarse al club de fútbol Barracas Central desde Florencio Varela, en la periferia sur, utilizando el auto del padre de uno de ellos, llamado Joaquín Ramírez. En un momento se les acercó un auto policial sin identificación. Los jóvenes creyeron que se trataba de un asalto y escaparon, por lo que recibieron disparos por parte de los oficiales.

Lucas González llevó la peor parte, pues recibió dos balas en la cabeza, falleciendo horas después en el hospital.

Durante la lectura de sentencia, uno de los policías absueltos, Ángel Arévalos, dijo que el jefe de policía de la Ciudad, Gustavo Breard, presionó a los efectivos y a sus familiares para que no se hablara del caso.  Los querellantes dijeron que iniciarán acciones contra las autoridades policiales.

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