Recomendamos

Poyais, el país iberoamericano que nunca existió pero que fue «comprado» en dos ocasiones

This content has been archived. It may no longer be relevant

¿Se puede vender algo que en realidad no existe? La respuesta es afirmativa. El conocido como ‘rey de los estafadores’, Gregor McGregor, lo hizo. El militar escocés se inventó un país ficticio en Iberoamérica, le puso el nombre de ‘Poyais’, y perpetró una estafa con sus bonos de 1,3 millones de libras a principios del siglo XIX.

McGregor comenzó su carrera en la Guerra de la Independencia española como parte del ejército británico que ayudó a Portugal, pero en 1810 dejó el ejército británico y posteriormente participó en la Guerra de Independencia de Venezuela, alcanzando el grado de general en la lucha contra España entre 1812 y 1816. Cuatro años más tarde, llegó a la llamada Costa de Mosquitos, un área histórica cuya mayor parte se localiza al este de Nicaragua abarcando también una parte de Honduras.

Ese mismo año, a su regreso a Escocia, McGregor empezó a llamarse ‘príncipe de Poyais’ y cacique del pueblo de Poyais. Un país al que describía como grande, próspero y rico en recursos naturales. Esta reseña llamó la atención de Escocia, ya que no tenían colonias y sus habitantes no sabían mucho de la geografía de América Latina. Para más énfasis, el militar dibujó un mapa del territorio, publicó un dibujo e incluso un libro con nombres ficticios.

Gracias a las mentiras que ingenió, McGregor logró ganar mucho dinero vendiendo terrenos del país imaginario. Sin embargo, los colonizadores que salieron rumbo a Poyais desde Reino Unido en 1822, se dieron cuenta de la cruda realidad y dos años más tarde la nueva República de Colombia declaró que no existía ningún país con ese nombre, un suceso que acabó con los negocios británicos de McGregor.

Sin embargo, el militar no desistió y esta vez lo intentó en Francia, desde donde salieron un grupo de naves en 1825 hacia el país ficticio. Pero antes de ser trasmitida la noticia sobre la muerte de los colonizadores, McGregor intuyó que su vida corría peligro e intentó esconderse en Londres, aunque sin éxito, ya que fue capturado. No obstante, sus contactos le permitieron salir airoso y el autodenominado ‘líder de Poyais’, puso rumbo hacia América Latina, donde vivió hasta su muerte en 1845.

Una irónica e increíble historia que probablemente fue la gran estafa del siglo XIX. Una que, desgraciadamente, también supuso la muerte de muchos inocentes que habían salido hacia Poyais en busca de una mejor vida.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba