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(NM) – Existe una creencia generalizada de que cada día se publica más literatura a nivel internacional, quizás por las facilidades y el descenso de coste que supone el uso de las nuevas tecnologías, pero ¿es esto realmente así?, ¿han aumentado las publicaciones en Iberoamérica?, ¿qué papel tiene el libro electrónico en la actualidad editorial?
Un estudio difundido en junio de este año por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CELARC) responde a estas preguntas. El CELARC ha realizado una rigurosa radiografía del mundo editorial Iberoamericano, determinando cuánto se publicó en 2015, mediante qué agente editorial y en qué soporte.
Este informe llamado ‘El libro en cifras’, arroja datos positivos y negativos sobre el mercado editorial iberoamericano, muy dispar según el país que tengamos en cuenta.
Con respecto a los títulos con ‘Número Internacional Normalizado del Libro’ (ISBN, por sus siglas en inglés), la cifra de publicaciones se ha contraído un 2,4 por ciento con respecto a 2014, situándose en los 197.578 títulos registrados. Pese a la caída, es el segundo registro mas alto de publicaciones en Iberoamérica, que alcanzó su máximo en 2014 con 202.528 títulos.
Son muchos los factores que han llevado a Iberoamérica a este descenso en la publicación de literatura, pero sin duda el más importante es la desaceleración de la economía brasileña. Con respecto a las publicaciones con ISBN en Brasil de 2014 a 2015, tanto de obras nuevas como de reediciones, hubo un descenso del 12,6 por ciento, afectando gravemente a la solvencia de las editoriales comerciales. Este gran descenso en las publicaciones de Brasil se debe, en gran medida al cese de las compras que se realizaban en el marco del Programa Nacional de Bibliotecas Escolares (PNBE).
También cayó la publicación en otros países de la región, como Cuba o Panamá. Pero Iberoamérica también tiene datos positivos sobre la producción editorial. Es el caso de México, Chile, Paraguay y Colombia, que aumentaron exponencialmente sus publicaciones durante 2015.
En conjunto, las editoriales comerciales iberoamericanas disminuyeron en cuanto a sus publicaciones en un 5,9 por ciento en 2015 respecto a 2014. Esto choca con el caso de las publicaciones que llevan a cabo las fundaciones y ONGS y el sector universitario, que aumentaron un 4,3 y un 0,7 por ciento respectivamente.
FORMATO ELECTRÓNICO
Lectores, escritores y editores se encuentran divididos con respecto al libro electrónico. Muchos son sus partidarios aseguran que las ventajas son infinitas: es cómodo, ligero y con una capacidad inmensa, que te permite transportar miles de páginas en un aparato del tamaño de una agenda.
Pero también son muchos sus detractores, aquellos más románticos que opinan que se le resta emoción y espiritualidad a la experiencia lectora, que no solo se basa en leer, sino en tocar, oler y sentir el peso real de lo que se lee.
Las cifras son reveladoras con respecto al formato digital en Iberoamérica: existe un claro aumento en su producción. El libro impreso sigue siendo mayoritario, pero ha perdido fuerza durante los últimos años. En el año 2000 representaba el 96 por ciento de las publicaciones editoriales, frente al 78 por ciento que representó en 2015.
El país en el que más títulos con ISBN se publican en formato digital es Cuba, que casi alcanza la mitad de su volumen editorial total, con un 46 por ciento de publicaciones electrónicas.
Los grandes impulsores del formato digital en Iberoamérica no son las editoriales, como se podría deducir, sino las universidades, con un 33 por ciento de sus publicaciones en este formato. Le sigue el sector público y las entidades oficiales, con un 27 por ciento de sus publicaciones en formato electrónico. De estos datos se puede inferir que las lecturas más académicas y sesudas se prefieren en versión digital, mientras que en las novelas y las producciones de ficción aún impera de forma clara el papel.
