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Hallan en Mendoza un cementerio indígena de 1.200 años de antigüedad

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Argentina (NM) –   Un grupo de arqueólogos han descubierto en la provincia de Mendoza (Argentina) un cementerio indígena de unos 1.200 años de antigüedad en donde hallaron los restos de hasta 14 personas, incluidos los de una mujer con su bebé.

El equipo, de los museos de Malargüe y San Rafael, analizarán los restos y luego iniciarán el proceso de restitución a las comunidades originarias.

El hallazgo tuvo lugar cerca de la localidad de El Sosneado, una tierra rica en restos de culturas que la habitaron en la antigüedad y donde desde hace más de 20 años se desarrollan trabajos arqueológicos.

«No esperábamos encontrar esa cantidad de entierros, y menos en este buen estado de conservación», admitió el coordinador científico del Museo Regional de Malargüe y miembro del equipo, Hugo Tucker.

De acuerdo a la agencia Télam, los restos recién descubiertos pertenecen a un grupo de cazadores colectores móviles que se dedicaba a la explotación de los recursos locales como guanacos, piches, huevos de ñandú o chinchilla.

El descubrimiento fue posible gracias a una familia habitante de la zona que contactó con la comunidad científica tras descubrir unos huesos humanos.

«Generalmente cuando la gente encuentra algo así, lo toma y lo trae al museo. Pero esta familia tuvo el recaudo de avisar y decirnos que los querían recuperar, conservar y rescatar porque por allí pasan animales y vertientes de agua y si no se iban a ir perdiendo», aseguró Tucker.

Tal y como explica el arqueólogo del Museo de Historia Natural de San Rafael, Gustavo Neme, hay dos formas de entierro: «Una primaria, que es aquella en los cuales los cuerpos son depositados en la tierra después de la muerte» y «una secundaria, muy común en el sur de Mendoza que corresponde a una práctica en la que enterraban al fallecido, lo dejaban allí por uno o dos años, luego volvían al lugar, lo desenterraban, lo limpiaban y metían los huesos en una bolsa y lo transportaban hasta el lugar de entierro definitivo».

Como resultado, «el primer tipo de entierro deja cuerpos articulados, mientras que el segundo deja conjuntos de huesos mezclados y desarticulados», señaló el investigador.

Los especialistas tendrán ahora que continuar con las investigaciones para poder datar con la mayor exactitud posible la antigüedad de los restos, cuánto tiempo ha sido utilizado ese cementerio, la causa de la muerte, etc.

«Cuando se hacen este tipo de rescates, se piensa que uno irá en búsqueda de lo poco que quedó, pero encontrar esta interesante disposición en un entierro permite ahora pensar en el simbolismo y las condiciones humanas y sociales de esas poblaciones», concluyó Tucker

 

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