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Rosita Serrano, la chilena que conquistó con su voz a Hitler y Mussolini

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Chile (NM) –   Corrían los años 30 cuando una joven chilena entonó, con una voz angelical, ‘Roter Mohn’ frente a las altas esferas del nazismo.

Cantante chilena Rosita Serrano y Gustaf Wally

Su metro ochenta de altura, unos grandes ojos verdes y la cabellera castaña muy arreglada ayudaron a que María Esther Aldunate del Campo, conocida como Rosita Serrano, no pasara desapercibida.

«Era 1937, el año en que Alemania envió armamento a Japón para derrotar a China y Adolf Hitler recibió a Benito Mussolini en la capital germana», relata la crónica ‘Rosita Serrano, la cantante chilena del Tercer Reich’, de acuerdo con el diario ‘La Tercera’.

Este libro, elaborado por los periodistas Mariana Marusic y Maximiliano Misa, ahonda en la vida de la artista, quien fue comparada en ocasiones «con Pablo Neruda, Gabriela Mistral y Claudio Arrau, como uno de los chilenos que ha contribuido a popularizar el nombre del país en el extranjero».

Según ‘BBC Mundo’, Rosita recibió la manifiesta admiración de los miembros del Partido Nazi Adolf Hitler, Hermann Göring y Joseph Gebbels, a quienes conquistó con su particular timbre de voz, que le hizo ganarse el apodo de ‘el ruiseñor chileno’ (‘Der chilenische Nachtigall’, en alemán).

Su popularidad fue tal que estuvo a la altura de artistas alemanas como Zarah Leander o Marlene Dietrich.

El ascenso de su carrera artística se inició con una gira internacional junto a su madre en 1930, cuando visitó Brasil, España, Francia y Portugal, entre otros países, hasta llegar en 1936 a Berlín. Debutó en el gran Teatro Metropolitano de la capital germana, donde fue ovacionada por su voz aterciopelada, simpatía y distinción. Fue precisamente en ese momento cuando adoptó el nombre artístico de Rosita Serrano.

Al verla encima de los escenarios, el compositor y pianista austroalemán Peter Kreuder, no lo dudó ni un segundo y la patrocinó hasta conseguirle un contrato discográfico. Esto ocurrió en pleno auge de la Alemania nazi, por lo que Kreuder aprovechó para introducir a la chilena en las altas esferas del régimen.

Así, la joven iberoamericana participó en varios mítines y ceremonias de este partido político, mientras que en sus grabaciones lucía el emblema del águila nazi en su vestimenta.

Sin embargo, Rosita Serrano siempre sostuvo que no era afín a esta ideología.

«Se piensa que fue nazi por haber conocido a Hitler. De hecho, la llamaron para grabar la banda sonora de ‘La Cenicienta’, pero nunca salió a la luz porque Disney no quiso apostar por una cantante con la etiqueta del nazismo cantando canciones para niños», explicó Marusic al diario chileno.

A pesar de esto, la realidad es que «nunca consiguió sacar ese estigma de su imagen y cargaría con ese peso hasta el día de su muerte en un pequeño departamento de calle Catedral, en Santiago».

Rosita Serrano falleció en su Chile natal, donde «no se hizo promover», el 6 de abril de 1997 a los 82 años de edad.

 

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