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Aumenta a 659 muertos el balance del terremoto de Ecuador

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Quito, Ecuador (EP) –   El terremoto de magnitud 7,8 en la escala abierta de Richter registrado el 16 de abril en la costa norte de Ecuador ha acabado con la vida de al menos 659 personas y ha dejado heridas a 4.605 personas, según el último balance facilitado por la Secretaria de Gestión de Riesgos de Ecuador.

En su informe de situación, la Secretaría ha indicado que hay 40 personas desparecidas y que otras 113 han sido rescatadas con vida. El seísmo ha causado daños en 281 escuelas y ha provocado que 29.067 personas hayan tenido que ser alojadas en refugios y alojamientos temporales. Desde el movimiento telúrico, las autoridades ecuatorianas han dado atención sanitaria a unas 27.732 personas en todo el país.

Por su parte, la Secretaría Nacional de Planificación de Ecuador ha informado de que la reconstrucción de las poblaciones más afectadas por el seísmo se realizará de acuerdo con una metodología estandarizada a nivel mundial y con la asesoría internacional de la Organización de las Naciones Unidas y la Corporación Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La metodología, estandarizada por el Banco Mundial, Naciones Unidas y Unión Europea, contempla la evaluación de los daños y las necesidades y la priorización de la reconstrucción, un trabajo que liderará la Secretaría Nacional de Planificación.

Sandra Naranjo, la titular de la Secretaría Nacional de Planificación, ha explicado que lo primero es cuantificar los daños en infraestructura pública y las pérdidas en el flujo de recursos que se dejó de recibir por ese daño. «Con esa información se cuantifica el efecto o el impacto tanto a nivel económico como social», ha asegurado, en una entrevista concedida a la agencia de noticias Andes.

Una vez calculado ese impacto, el siguiente paso será determinar las necesidades, ubicarlas en los distintos sectores, establecer cuánto necesita el país para reconstruir las zonas afectadas y poner en marcha las políticas adecuadas. En esta fase, ha explicado Naranjo, se analizarán todos elementos para construir de la manera adecuada y reducir la vulnerabilidad para la población.

«NO ESTAMOS IMPROVISANDO»   

«No estamos improvisando, estamos usando todos los recursos, tenemos técnicos nacionales pero también necesitamos expertos internacionales con experiencia en desastres y vamos a tener un plan que nos permitan definir las prioridades», ha apuntado.

La tercera etapa de este proceso corresponde a la priorización de las intervenciones, ha asegurado, antes de explicar que en infraestructuras se iniciará el trabajo por las carreteras y el aeropuerto.

El objetivo principal en esta fase es mejorar las estructuras. «No es solamente hacer edificios, estamos hablando de poblaciones que fueron destrozadas, familias que quedaron incompletas, no podemos hacer nada respecto a la pérdida de vidas humanos, pero sí al menos tratar de que, en lo posible, sus vidas vuelvan a la normalidad y parte de eso es construir mejor para reducir la vulnerabilidad de esa población», ha señalado.

 

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