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Iberoamérica reclama ante la ONU un cambio en la política sobre las drogas

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Colombia/México (Reuters/NM) –   La Asamblea General de Naciones Unidas iniciaba este martes, por primera vez en dos décadas, una Sesión Especial (UNGASS) para reflexionar sobre la estrategia global contra el narcotráfico.

Particularmente, la región iberoamericana ha expresado que el estricto régimen vigente en materia de estupefacientes no ha conseguido liberar al mundo de las drogas y ha provocado altos niveles de violencia y violaciones a los Derechos Humanos.

Desde 2012, los gobiernos de Colombia, México y Guatemala hicieron un llamado a la ONU (Organización de Naciones Unidas) para iniciar una búsqueda de alternativas al paradigma prohibicionista en política de drogas y pidieron una reflexión más realista sobre la política actual.

De esta forma, la UNGASS, que se ha adelantado tres años con respecto a la que está planeada para 2019 en la agenda oficial, ha recibido a varios líderes latinoamericanos, que consideran que las décadas de lucha contra el narcotráfico han fracasado y han generado miles de muertes en todo el mundo.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, señaló en el periódico ‘The Guardian’ que «ha llegado el momento de que el mundo cambie a un enfoque diferente en su política contra las drogas».

En general, existe un amplio consenso sobre la necesidad de un acuerdo global respecto del problema de las drogas. Sin embargo, existen profundas divisiones entre los 193 estados que conforman la ONU, ya que algunos países continúan reticentes a la legalización y a la despenalización del consumo.

«No se trata de un pedido por la legalización de las drogas (…) Es un pedido por el reconocimiento de que entre la guerra total y la legalización existe un amplio rango de opciones que vale la pena explorar», agregó Santos.

Por eso, aunque en está cumbre mundial, que finaliza este jueves, no se esperan decisiones clave, los activistas y delegaciones europeas e iberoamericanas confían en que se analice una estrategia más liberal, que deje de lado la represión.

«La evidencia muestra que los enfoques prohibitivos no funcionaron: de 1998 al 2008 la cantidad de personas que consumen drogas ilícitas no cambió significativamente y tampoco lo hizo el área usada para el cultivo de opio», manifestó el funcionario de la ONU Magdy Martinez-Soliman.

EL CASO DE MÉXICO

Por su parte, México se ha mostrado abierto a permitir un consumo más liberal de las «drogas livianas», como la marihuana. El presidente, Enrique Peña Nieto, ha manifestado la necesidad de actualizar la normativa y permitir el uso medicinal y científico de la marihuana en su país.

«Como presidente de México, en esta sesión especial, doy voz a quienes (…) expresaron la necesidad de actualizar el marco normativo para autorizar el uso de la marihuana con fines médicos y científicos», dijo Peña Nieto en la reunión mundial.

El mandatario mexicano, que ha expresado su oposición personal a la legalización de la marihuana por sus efectos dañinos, estableció que además de perseguir a los grupos criminales, las drogas deben enfrentarse como un problema de salud pública y anunció futuras medidas en ese sentido.

«Mi país forma parte de las naciones que han pagado un alto precio, un precio excesivo, en términos de tranquilidad, sufrimiento y vidas humanas; vidas de niños, jóvenes, mujeres y adultos», declaró Peña Nieto.

El presidente manifestó que así como se deben continuar aplicando las políticas que han funcionado, también se deben cambiar aquellas que «no han dado resultados».

Finalmente, Peña Nieto solicitó una mayor colaboración internacional en el combate al crimen organizado transnacional y campañas globales en contra del uso de estupefacientes enfocadas a niños y jóvenes.

 

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