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Los hispanos republicanos pierden sus esperanzas de llegar a la Casa Blanca con Trump

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Estados Unidos (Reuters/NM) –   Los activistas hispanos republicanos temen una victoria en las primarias del multimillonario Donald Trump en la próxima contienda de Florida, que se celebrará la próxima semana, algo que ven como un importante revés de cara a la imagen del partido y que, acabará potencialmente con la esperanza de llegar a la Casa Blanca.

Algunos de los activistas republicanos aseguran que temen que la victoria de Trump pueda influir negativamente en el voto de muchos latinos americanos, los cuales podrían quedarse en su casa el próximo 8 de noviembre cuando se realicen las elecciones presidenciales, o aún peor, cambiarían su voto hacia un candidato demócrata.

«Tristemente, el daño se sentirá en el Partido Republicano durante años», señaló el presidente y CEO de la Cámara Hispana de Comercio de Estados Unidos (EEUU), Javier Palomarez, que augura una posible victoria de Trump en Florida el próximo martes. «Estamos ante un punto de inflexión», añadió.

Trump ha dominado las encuestas de opinión y las votaciones primarias que se han realizado hasta el momento, en gran parte debido a su promesa de construir a largo muro en la frontera con México, las calificaciones despectivas hacia los mexicanos como «criminales y secuestradores», y sus acusaciones hacia los inmigrantes en general de quitarle el empleo a los estadounidenses.

Este tipo de comentarios ha sido bien recibido por muchos votantes republicanos, pero no por las minorías, tal y como muestran las encuestas.

Esto es un problema para el partido, ya que el electorado Americano se ha ampliado en los últimos tres años, donde el apoyo republicano ha sido mucho más diverso. Sin embargo, el apoyo hispano en el partido se está hundiendo poco a poco, reduciéndose de un 30,6 por ciento en 2012 a un 26 por ciento en 2015, de acuerdo a un análisis realizado por Reuters junto a Ipsos. Mientras tanto, los votantes hispanos que dan su apoyo al Partido Demócrata ha aumentado un 6 por ciento, llegando al total del 59,6 por ciento.

La campaña de Trump se ha negado a comentar estos datos, pero el magnate siempre ha argumentado que puede ganar el voto latino, en parte porque sus empresas ha dado empleo a miles de hispanos. «Son personas increíbles. Son increíbles trabajadores. Los quiero», dijo en el debate del pasado febrero.

Una parte importante del ala republicana han dado su apoyo al senador de Florida Marco Rubio, que forma parte de la primera generación de cubanos americanos. Sin embargo, Rubio está 15 puntos por detrás de Trump en las encuestas de Florida y podría ser forzado a salir de la carrera presidencial si el magnate neoyorquino lo supera finalmente.

Para un ciudadano americano de procedencia cubana, Mark Gomez, de 20 años y estudiante en la Universidad de Miami y voluntario en la campaña de Rubio, las diferencias entre Rubio y Trump se incrementaron cuando a principios de mes, un partidario de Trump llamó a Rubio ‘bebé ancla’.

Los críticos contra la inmigración utilizan este término para describir a los bebés nacidos en suelo estadounidenses de padres inmigrantes, normalmente hacia los latinoamericanos.

Rubio ha recorrido enclaves latinos de Florida en las últimas semanas, cambiando fácilmente el idioma español y el inglés durante sus mítines, apoyado en gran parte por su aliado super PAC, o grupo de recaudación de fondos independiente, superando al resto de los rivales con la publicidad otorgada al senador para así retirar a Trump de las encuestas.

Entre los retos que tiene Rubio para batir a Trump, sin embargo, están las generaciones más jóvenes de hispanos residentes en Florida.

A diferencia de los conservadores del pasado, quienes podían tomar el voto cubano-estadounidense en Florida para garantizar una crítica agresiva hacia el gobierno cubano de Castro, los candidatos están tratando con una nueva generación que está apoyando en mayor medida al Partido Demócrata.

Hace una década, el 64 por ciento de los cubanos registrados para votar se identificaban con el Partido Republicano. Ahora, ese porcentaje se ha reducido a un 47 por ciento, de acuerdo a los datos recogidos por Pew Research Center. Y entre los jóvenes cubanos, se ha pasado de un 18 a un 49 por ciento, de los que más de la mitad se identifican con los ideales demócratas.

«Muchos de estos cubanos vienen de la isla, con un resentimiento, un dolor. Ese dolor ha impulsado realmente la reacción que tienen hacia nuestras políticas. Nuestra generación es una generación removida en muchos sentidos», indicó un ciudadano de Miami de 33 años.

«CANDIDATO IDEAL»   

Tras la derrota de Mitt Romney en 2012, en las que recibió tan solo el 27 por ciento del voto hispano, el Comité Nacional Republicano se sometió a un extenso y doloroso autoexamen para determinar las causas fundamentales de su fracaso.

Una de las cosas que quedó clara de este autoexamen fue que el Partido necesitaba expandir su voto, basado en gente «muy blanca» y «muy mayor».

La esperanza entre los líderes del partido, como el presidente del Comité Nacional Republicano Reinence Preibus, era que los jóvenes, un campo dinámico para los candidatos como Rubio, el senador de Texas Ted Cruz y otros, posicionasen bien al partido para recuperar una parte del voto latino de los demócratas.

Rubio se puso de pie para centrar esas esperanzas. Joven, fotogénico, bilingüe y con una «irresistible» historia detrás, parecía estar hecho a medida.

«El tono de rubio, su mensaje aspiracional, su lengua y cultura, hace que sea un candidato ideal», dijo el director del Instituto LIBRE -un grupo de defensa a los hispanos conservadores– en Miami, Daniel Garza.

Pero Trump acabó con todos estos planes. Su dura posición ante la inmigración obligó a muchos de sus rivales –incluyendo a Cruz– a adoptar un enfoque más duro sobre la inmigración, dejando a otros como el exgobernador de Florida Jeb Bush fuera de la carrera presidencial.

«Hemos perdido una increíble oportunidad», dijo el presidente de la asociación Latino Partnership for Conservative Principles, Alfonso Aguilar, en referencia a la posición favorita de Trump.

En un mitin que se celebró el pasado miércoles en Hialeah, donde residen el mayor número de cubanos fuera de la isla, Rubio habló tanto en inglés como en español, instando a sus partidarios a «salir a votar de forma masiva».

Un asistente a este mitin, Ahmed Martel, de 45 años y de origen cubano, respondió a la pregunta de que pasaría si Trump y no Rubio fuera el candidato republicano de cara a la carrera presidencial. «No voy a votar», aseguró.

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