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González Iñárritu tuvo que salir de México para triunfar en Hollywood

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(NM) –   Los inicios no suelen ser fáciles para nadie, y menos para el recientemente oscarizado director mexicano Alejandro González Iñárritu, que empezó a dar sus primeros pasos como narrador de una radionovela titulada ‘El pavo asesino’, que se transmitía en la década de los ochenta en una emisora de la capital mexicana.

Por aquel entonces nadie imaginaría que este narrador radiofónico sería uno de los directores más importantes del panorama cinematográfico internacional y que haría historia al ganar dos años seguidos el Oscar a ‘Mejor director’, entre otros muchos galardones.

‘The Revenant’, la película que González Iñárritu ha dirigido y que ha obtenido 12 nominaciones en los premios de la Academia, le ha consolidado como uno de los directores más selectos del momento, convirtiéndose en el segundo mexicano en ganar el premio de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, en una de las categorías más codiciadas.

González Iñárritu abandonó la escuela de comunicación para perseguir su sueño, dejó la radio para comenzar en la cadena de televisión Televisa y en el año 2000 estrenó su primer largometraje, ‘Amores Perros’, que fue nominada al Oscar como ‘Mejor película extranjera’.

Tras el éxito de su primer largometraje, Iñárritu decidió emigrar de México y en el extranjero filmó ’21 gramos’, ‘Babel’, ‘Biutiful’ y ‘Birdman’, que también fueron nominadas al Oscar.

Éste es un camino que muchos cineastas latinoamericanos han seguido, bien para desarrollarse y formarse, o bien porque fuera de esas fronteras han encontrado un mayor reconocimiento.

POCA FINANCIACIÓN

La escasez de recursos para financiar los filmes y el poco respaldo del público a estas obras, son dos de los problemas principales que hace que, tanto directores como técnicos o fotógrafos, decidan salir de su territorio nacional para desarrollar su talento.

La razón fundamental por la que los profesionales del séptimo arte acuden a Hollywood es que existen varios fondos oficiales para respaldar la producción cinematográfica. El más reciente es una disposición fiscal, conocida como Ley 226, que permite a empresarios deducir de sus impuestos las contribuciones para apoyar a cineastas.

Según ha explicado el especialista y crítico cinematográfico Carlos Bonfil a BBC Mundo, este reglamento propició un aumento en el número de producciones.

«Los cineastas se dan cuenta de que hacen una película, son apoyados, pero no llegará al público al que está dirigida o no de la manera en que debe llegar, y eso sucede incluso con películas premiadas», ha explicado Bonfil.

En general conseguir financiación para una película que no es comercial es muy complicado ya que en muchas ocasiones se pasa a depender básicamente del apoyo de los gobiernos.

El cine independiente no puede competir en ese aspecto, los cineastas latinoamericanos se encuentran en la situación de arriesgarse a que su obra sea vista por muy pocos o adaptar sus producciones al estilo hollywoodiense.

En concreto en el cine mexicano es difícil recuperar la inversión con las producciones nacionales, y además quienes reciben ayuda oficial están obligados a devolverlo con las ganancias eventuales.

 

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