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Barbara Knickerbocker-Beskind, la diseñadora de 91 años que trabaja en Silicon Valley

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New York, N.Y. (EP) • Su nombre es Barbara Knickerbocker-Beskind y a sus 91 años trabaja como asesora para equipo y diseño de productos y servicios para adultos mayores, un empleo en el que lleva dos años, desde que vio al fundador de la firma de diseño IDEO, David Kelley, en televisión.

Por aquel entonces, Bárbara tenía 89 años y pensó que podría encajar en el prototipo de trabajadores de la compañía. No obstante, la trayectoria de esta anciana poco se parece a la del resto de sus compañeros.

«Durante la Depresión no teníamos dinero para comprar nada, así que desde el principio todos tuvimos que aprender a aportar soluciones», le explicó a la cadena ‘BBC’.

Por ello, como su familia no tenía dinero para comprarles juguetes a ella y sus hermanos, los hacían ellos mismos.

Desde aquel momento, con apenas diez años, supo que quería ser inventora, algo que había heredado de sus padres. «Mi padre era un agudo observador de su ambiente y mi madre era muy creativa, así que yo seguí el ejemplo».

No obstante, la situación no se lo pondría fácil a esta potencial diseñadora. «Mi asesor vocacional en el colegio me dijo que en la escuela de ingeniería no aceptaban mujeres, por lo que me inscribí en economía del hogar».

Tras graduarse en Artes Aplicadas y Diseño en la Escuela de Economía del Hogar de la Universidad de Syracuse en 1945,le aceptaron en el programa de entrenamiento de Terapia Ocupacional (TO) del Ejército.

TERAPEUTA OCUPACIONAL EN EL EJÉRCITO.

En su labor profesional como terapeuta ocupacional, apoyando la rehabilitación de personas con discapacidad, concibió piezas únicas para las necesidades de cada paciente, tanto adaptar el equipo al paciente como los dispositivos a cada uno de ellos para hacerlos independientes y capaces de coger un lápiz o un cubierto, por ejemplo.

Estas vivencias fueron las que llamaron la atención del fundador de IDEO, que se mostró sorprendido al recibir una carta a máquina vía correo ordinario.

«En 2013 vi a David Kelley y cuando me di cuenta de que aceptaba, y realmente respetaba, a gente con una variedad de antecedentes, pensé: tengo una experiencia de vida y habilidades de diseño muy singulares. Puedo ser de valor para su firma», relató Barbara.LA CARTA A MÁQUINA QUE CONQUISTÓ A IDEO.

Y así fue. La carta de la señora Knickerbocker-Beskind llegó en el momento idóneo. Justo estaban comenzando a diseñar implementos que pudieran ser útiles para la gente mayor, así que era un «hecho fortuito» que ella estuviera allí.

Tras una entrevista ante más de 30 diseñadores e ingenieros, Bárbara se convirtió en consultora para el equipamiento y el diseño de productos y servicios dirigidos a la población mayor y a las personas con visión reducida.

Desde entonces, cada jueves Bárbara toma el tren hacia las oficinas de IDEO, donde la gente concierta una cita con ella para pedirle consejo desde su perspectiva de la experiencia.

«Creo que los ancianos son un recursos sin explorar y se debe buscar sus aportaciones», indica la diseñadora.

A lo que agrega que lo importante, pasen los años que pasen, es no perder tu identidad. «Y esta es mi identidad: estoy trabajando».

 

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