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Para Julieta Venegas, la vida tiene momentos positivos, negativos, tristes o felices, y aunque ella ha padecido todos, prefiere siempre buscar el lado optimista de las cosas y así lo expresa en cada uno de los temas inéditos que incluye en su más reciente disco «Algo sucede».
«Es el resultado de lo que se me ocurrió decir, pues cuando escribo trato de reflejar todos los aspectos de la vida, las alegrías, las tristezas y todos los colores. Siento que el disco tiene cierto optimismo», resaltó la artista.
Para crear las 12 canciones incluidas, la tijuanense se inspiró en todo; sobre todo en lo que leía en ese momento y, precisamente, tenía que ver con la poesía de Octavio Paz y otros escritores. El acontecer de México, también fue punto de partida, pues asegura que no podría desentenderse de la realidad.
«Sé que en México siempre hemos tenido problemas y conflictos, pero últimamente me duele más y a través de dos canciones hago referencia: ‘Buenas noches, desolación’ y ‘Explosión’.
La cantautora opinó que lo que ella escriba, quizá no cambiará las cosas, pero le parece importante expresar su opinión y su sentir. De esta forma, destacó que goza de absoluta libertad de expresión al momento de escribir sus temas, quizá por eso es que le toma bastante tiempo concluir alguno, pues trata de plasmar todo lo que ve y se le ocurre, porque no le gusta censurarse.
Hace poco alguien le comentó que la gente se molesta cuando se refiere a los temas que acontecen en México; sin embargo, Venegas considera que ahora «es cuando todos deberíamos estar hablando de eso, conectarnos, mirándonos y analizar lo que está pasando en el país».
«Algo sucede», indicó, «tiene una combinación de todos los instrumentos, porque metí todo lo acústico: un cuatro venezolano, guitarras, percusiones, violines y acordeón, pero también guitarra eléctrica, la cual no había puesto desde mi segundo material y esta vez la toca Gustavo Guerrero».
En septiembre del año pasado, Julieta comenzó a escribir las canciones que ahora incluye en el material. Todo fluyó de manera rápida y después viajó a Buenos Aires, Argentina para trabajar una parte con el productor Cachorro López y otra con Yamil Rezc.
Argentina, subrayó, significa mucho en su vida y todo comenzó desde el primer disco cuando viajó allí y conoció al músico ganador del Oscar, Gustavo Santaolalla.
«Él es alguien muy importante en mi vida artística porque haber grabado mi primer disco con él me marcó mucho, digamos que me planteó un camino porque el nivel del álbum fue un proceso de aprendizaje muy fuerte y quizás me hizo muy exigente en términos de con quién debo trabajar».
Cada vez que construye un nuevo disco, dijo, es como empezar de cero, pues nunca trata de darle continuidad al anterior ni remontarse a sus inicios. De hecho, tampoco guarda temas que quedaron en el tintero.
«Me da como una especie de amnesia creativa, yo creo que por eso escribo tanto, porque es una búsqueda constante y no pienso en hacer referencia a mis primeros discos. Incluso, pienso que en la estructura de la canción, antes componía y cantaba muy diferente».
Asegura que jamás piensa en cómo dirá las cosas ni qué sonido les pondrá, sólo se lanza a contar una historia que conecte con la gente y ya después vendrán los arreglos.
A diferencia de otros trabajos, esta vez Julieta no incluyó melodías a dueto con otro artista, por lo que para sus conciertos no tiene contemplado invitar a alguien más.
«Somos un grupo de seis músicos, habrá mucho movimiento de instrumentos y en el Distrito Federal seguramente haré algo más elaborado que en la gira».
Julieta, quien es madre desde hace cinco años de la pequeña Simona, reveló que el tema «Se explicará» se lo dedicó a ella. En ese tenor, la artista reveló que vivió su infancia de manera feliz, pero no quedó atrapada en la nostalgia; incluso, disfruta más esta etapa a través de su hija, aunque lamenta no existan más espectáculos musicales dedicados a los pequeños.
Los días 14 y 15 de noviembre, Julieta Venegas se presentará en concierto en el Teatro de la Ciudad «Esperanza Iris», de la capital mexicana.
