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El dólar, en el punto de mira de la campaña electoral argentina

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Buenos Aires, Argentina (EP) • La moneda estadounidense se ha convertido en uno de los protagonistas de la campaña electoral que se está desarrollando en Argentina, mientras la brecha entre el cambio oficial del Gobierno y el del mercado paralelo se ha ampliado hasta un 60 por ciento en las últimas semanas.

Dólar
El dólar, en el punto de mira de la campaña electoral argentina

En un país como Argentina, de natural exportador y donde la moneda nacional tiene un descrédito internacional tan fuerte, el dólar ha sido durante mucho tiempo la moneda de referencia para el ahorro y, además, tiene un fuerte impacto sobre el comercio internacional.

Fuera de Argentina, solo es posible comprar moneda extranjera con pesos argentinos en los países limítrofes, y aun en estos casos el tipo de cambio que se puede conseguir es mucho más costoso que el cambio oficial del Banco Central de Argentina (BCRA).

La debilidad de la moneda argentina tiene complejas causas profundas e históricas, pero las más inmediatas son el atraso cambiario con respecto al dólar y la altísima inflación, que lleva varios años seguidos superando el 20 por ciento, según las consultoras privadas.

EL DÓLAR Y LA POLÍTICA.

En este contexto, es inevitable que el problema con el dólar esté en el foco de atención de la campaña electoral, pues el Gobierno actual tiene un fuerte cepo impuesto al cambio y los ahorristas e inversores deben acudir al mercado paralelo para intentar comprar dólares.

Este mercado es mucho más fluctuante que el oficial, controlado férreamente por el Gobierno, y sus alzas y bajas son vistas en el país como una muestra de la desconfianza o confianza de los mercados respecto de la situación del país.

Desde finales de 2014 y durante los primeros meses de este año, el dólar paralelo experimentó un descenso y amesetamiento que muchos atribuían a la esperanza de los mercados en el cambio de Gobierno con el consecuente cambio de políticas económicas.

Sin embargo, desde que se anunciara que el candidato ‘kirchnerista’ Daniel Scioli estaría acompañado en la boleta electoral por el ‘ultrakirchnerista’ Carlos Zannini, el cambio paralelo ha experimentado una fuerte subida por el temor a la continuidad en las políticas restrictivas.

Actualmente, mientras que el dólar oficial cuesta 9,18 pesos argentinos, el dólar paralelo ha llegado a rozar los 15 pesos, abriendo una brecha del 60 por ciento entre un cambio y otro.

LA CAMPAÑA ELECTORAL.

Desde el Gobierno apuntan a que esta subida en el dólar paralelo es una maniobra desestabilizadora de grupos contrarios a sus políticas, semanas antes de las elecciones: «Los que están jugando con ese tipo de acciones lo que hacen es pretender provocar pánico», dijo el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

El principal candidato de la oposición, Mauricio Macri, aprovechó para lanzar un mensaje de confianza de los mercados con vistas a la posibilidad de que él gane las elecciones: «Con nosotros las cosas van a estar más tranquilas. Pero en la medida en que el ‘kirchnerismo’ vaya ganando, el mundo no les confía más, nadie les confía».

También el candidato opositor Sergio Massa se sumó a las críticas: «La falta de dólares no es un problema de un grupito sino que muestra la desconfianza que hay en la economía y la falta de reglas en la Argentina».

Otros candidatos coincidieron en el diagnóstico y apuntaron a la «preocupación de los mercados» por una eventual victoria de Scioli o Macri –ya sea por la continuidad o el ajuste–, como indicó José Manuel de la Sota, o a que «el Gobierno genera inflación en lugar de confianza», como dijo Ernesto Sanz.

Sin embargo, el ministro de Economía, Axel Kicillof, ha relativizado el problema y se ha preguntado mientras hacía campaña como diputado: «¿A quién le afecta en su vida cotidiana la cotización del dólar?».

Por lo pronto, el instituto de estadística del país (INDEC) acaba de publicar las últimas cifras de superávit comercial, que es el más bajo desde la crisis de 2001 y lleva acumulados 16 meses de caídas, en buena medida por el atraso cambiario oficial respecto de la inflación.

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