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NO HAY EXPLICACIÓN CIENTÍFICA
Científicos del ‘Centro de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos’ (CEFAA), que depende de la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile, han confirmado que el avistamiento de 2013 corresponde a un objeto volador no identificado (ovni), del cual han publicado una imagen.
El suceso ocurrió en abril de 2013. Un disco de color brillante, y de alrededor de entre 5 y 10 centímetros de diámetro, realizó movimientos horizontales a unos 600 metros del suelo de la minera Collahuasi, en la Región de Tarapacá.
Los testigos del extraño fenómeno -35 trabajadores del área de la electricidad, electrónica y control de fluidos- prefirieron no contar lo que habían presenciado y entregaron las imágenes, tiempo después, a su jefe, quien no comunicó el hecho a las autoridades del CEFAA hasta el 22 de febrero de este año, según publica ‘La Tercera’.
El director del organismo, Ricardo Bermúdez, ha señalado en un comunicado que «según el testimonio de los testigos, se visualizaba claramente como un disco, para luego adoptar la forma de un globo brillante, aunque la figura más evidente fue la de disco plateado, fijo, estático».
Por otro lado, un meteorólogo ha investigado las condiciones climáticas del día en que tuvo lugar el suceso y ha descartado cualquier posibilidad de formación de una nube con esa forma.
«Es un objeto o fenómeno extremadamente interesante, y se calificaría como un ovni», especificó el científico.
En este tipo de incidentes, «nadie es dueño de la verdad», por lo que «optamos por compartir la información que tenemos, no ocultarla», explicó Bermúdez, y destacó que Chile «es el único país donde existe total transparencia» en el tema de los ovnis.
«Trabajamos abiertamente con quienes avistan objetos voladores, que generalmente son pilotos de aviones u operadores de radar, pero también con personas comunes que suelen filmarlos o fotografiarlos», detalló el director del organismo.
Asimismo, Bermúdez señaló que no van a pronunciarse sobre si estos objetos tienen un origen extraterrestre, como podría llegarse a pensar. «Son fenómenos aéreos anómalos que no tienen explicación de acuerdo a la ciencia disponible para su análisis», añadió.
La labor del organismo es estudiar estos fenómenos -que normalmente llegan a sus oficinas a través de las comunicaciones de los Centros de Control de Tráfico Aéreo y de las tripulaciones de los aviones en vuelo- para controlar que no afecten a la seguridad de las operaciones aéreas.
Este caso ha pasado a formar parte del 3 por ciento del total de avistamientosregistrados en Chile desde 1998 -año en el que empezó a operar la CEFAA- que han sido clasificados en la categoría de ovni al no tener explicación científica.
