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Argentina logra un agónico triunfo ante Irán y pasa a octavos

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La selección argentina de fútbol necesitó nuevamente de una genialidad de su astro Lionel Messi para lograr una agónica victoria 1-0 MESSI1_t670x470sobre Irán que le dio el pasaje a octavos de final, en un partido en el que volvió a mostrar fallas colectivas ante un rival de menor jerarquía pero muy ordenado.

Argentina, abrumadora favorita para vencer a Irán y ganar su grupo, decepcionó con una pálida actuación en la que le costó muchísimo doblegar a Irán y necesitó del gol de Messi a los 92 minutos para quedarse con el triunfo.

«En el primer tiempo tuvimos cuatro o cinco jugadas de gol; en el segundo ellos nos complicaron de contra, pero teniéndolo a Messi todo es posible», dijo tras el partido el entrenador de Argentina, Alejandro Sabella.

«Irán es un equipo muy bien trabajado y costó mucho», reconoció el técnico.

Con la victoria, Argentina suma seis puntos y está en lo más alto de su zona. Su próximo rival será Nigeria, el miércoles en Porto Alegre.

«Gracias a Dios el ‘enano’ (Messi) frotó la lámpara en el final», dijo un emocionado arquero argentino Sergio Romero tras el triunfo.

Irán, limitado pero voluntarioso al extremo, levantó una barrera de hasta nueve hombres por delante de su buen arquero Alireza Haghighi. Y el equipo de Sabella se mostró absolutamente impotente para perforarla.

«Estamos contentos por el resultado pero lógicamente tenemos que mejorar. No pudimos encontrar los espacios. Nos deja preocupados lo que pasó en el segundo tiempo, que nos desordenamos y pudimos pagarlo caro», dijo el mediocampista Javier Mascherano.

«No tenemos que volvernos locos, aprender para todo lo que viene porque después del partido de Nigeria si te equivocás te volvés a casa», agregó.

   En el primer tiempo, Argentina tuvo tres aproximaciones de peligro pese a que en ningún momento mostró buen juego.

Con Lionel Messi demasiado recostado sobre la derecha y neutralizado por una férrea marca en zona, y con Angel Di María y Sergio Agüero desconectados, no hubo circuito de fútbol.

PREOCUPACION

A medida que pasaban los minutos, el rostro de Sabella iba mutando de la confianza inicial a una preocupación cada vez mayor, especialmente cuando Irán avisó que podía dar una sorpresa mayor con un par de centros de pelota parada. Un cabezazo de Jalal Hosseini casi rompe el cero, justo antes del entretiempo.

las cosas empeoraron tras el descanso, ya que Argentina siguió sin mostrar mucho e Irán comenzó a animarse a atacar, por lo que el arquero Sergio Romero se convirtió en un hombre clave para los sudamericanos con un par de grandes atajadas.

La primera contra de Irán, a los 52 minutos, terminó en un cabezazo a quemarropa deReza Ghoochannejad, que Romero despejó de manera excelente. El arquero volvió a salvar a Argentina a los 66, volando para sacar por encima del travesaño otro cabezazo con destino de gol, esta vez de Ashkan Dejagah.

Hasta ese momento, no parecía un buen día de Messi, quien  intentó su tradicional slalom en velocidad pero a diferencia de su golazo ante Bosnia, esta vez su zurdazo se fue desviado.

El delantero tampoco había podido aprovechar un par de tiros libres desde buena posición.

«Al final, dos individualidades marcaron la diferencia en el partido. El primero fue el árbitro y el segundo fue Lionel Messi«, dijo el entrenador de Irán Carlos Queiroz, quien reclamó por algunas decisiones del árbitro.

El portugués se mostró insatisfecho por lo que consideró un penal no cobrado para su equipo en el segundo tiempo, cuando  Ashkan Dejagah cayó ante Pablo Zabaleta pese a que pareció que el defensor argentino tocó el balón y no a su rival.

15 minutos del final, Sabella decidió mover el banco. Mantuvo a sus cuatro defensores, pese a que Irán había vuelto a replegarse en su propio campo, e hizo ingresar a Ezequiel Lavezzi y Rodrigo Palacio, con lo que su equipo mostró más movilidad en ataque.

Y cuando todo parecía sellado para que Irán se llevara un resultado históricoMessi marcó su segundo gol en el Mundial, otra vez con su sello: corrida paralela al área y un esquinado remate que dejó sin reacción al arquero.

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