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Solís promete lucha contra la corrupción y la desigualdad

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Luis Guillermo Solís se ha convertido este jueves en el nuevo presidente de Costa Rica, al tomar posesión del cargo en una ceremonia en la que ha prometido «un Gobierno de puertas abiertas» cuyas metas serán combatir la corrupción y las desigualdades sociales.

 

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«Recibo esta banda presidencial con humildad y conciencia plena de la responsabilidad que asumo ante la Patria y ante la historia. La acojo en mi pecho y en mi alma, no como el trofeo que alcanza el guerrero tras la batalla, sino como la representación del mandato de un pueblo libre al que no puedo desobedecer, ni malinterpretar ni defraudar», ha dicho en la ceremonia que se ha celebrado en San José.

Solís ha prometido «cumplir fielmente con sus deberes presidenciales» y hacerlo «con determinación y esmero, con sencillez, frugalidad y transparencia, consciente de la enorme responsabilidad que cabe a quien no aspira a otra tarea más alta y más digna que la de ser el primer servidor de los costarricenses».

Por ello, ha animado a los ciudadanos a que «cuando se equivoque, le corrijan; cuando se pierda, le busquen; cuando flaquee, le den fuerzas«. «Si no les escucho, reclámenlo; si no estoy ahí cuando más me necesiten, si usurpare con aviesa intención la confianza depositada en mí con tanta generosidad, repúdienme», ha instado.

No obstante, si lo hace bien –ha dicho– no espera «más reconocimiento que el propio de la labor satisfecha a cabalidad». «No puede haber homenaje mejor a un pueblo tan devoto e ilusionado como el mío, que el servirle con tres virtudes supremas de la política: la sensatez, la honradez y la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace», ha considerado.

DIÁLOGO NACIONAL

Solís, que consiguió romper el tradicional partidismo costarricense en las elecciones presidenciales del pasado 6 de abril, ha prometido «un Gobierno de diálogo permanente con todos aquellos actores que, frente a la complejidad y gravedad de los retos que afronta el país, alzan su voz y tienden su mano para decirle presente a Costa Rica«.

«Despojados de todo dogmatismo y práctica sectaria, y desterrando cualquier clase de revanchismo partidario, dialogaremos con todos los grupos políticos y sectores sociales que estén dispuestos a impulsar la transformación del país con espíritu ecuménico, tolerante y respetuoso de la diversidad que caracteriza a la sociedad costarricense de nuestros días», ha adelantado.

Solís ha explicado que «esa voluntad no nace sólo de nuestras sus profundas convicciones personales«, sino que también «refleja, como lo demuestra la composición de la Asamblea Legislativa, la voluntad del soberano de que sus representantes dialoguen y construyan acuerdos, pues no existe en el Parlamento una mayoría automática».

El nuevo jefe de Estado ha aclarado que no aboga «por la adopción de consensos superficiales y ficticios construidos entorno a mínimos comunes denominadores, alcanzados por medio de intercambio de dádivas o el disimulo de pecados recíprocos», al considerar que «sería imperdonable».

«Sin embargo, sí creo indispensable que, con un espíritu generoso y lúcido, los grupos de poder –los oficiales y los fácticos– acometamos un esfuerzo renovado por colocar nuestras demandas en un lienzo cuyo marco no sea otro que el pabellón tricolor de Costa Rica«, ha remachado.

COMBATIRÁ LA CORRUPCIÓN «SIN DESMAYO»

Solís ha adelantado parte de su ‘hoja de ruta’, anunciando que, dado que «la corrupción está carcomiendo la democracia y quebrando las

finanzas públicas, el nuevo Gobierno la combatirá sin desmayo».«No sólo por razones éticas y económicas», ha subrayado.

«Llegó la hora de acabar con la impunidad, la irresponsabilidad y la arbitrariedad de quienes, desde el sector público, la prohijen. Y llegó la hora, también, de acabar con la complicidad de quienes, desde el ámbito privado, pretendan amasar fortunas con negocios ruinosos para el resto de la sociedad en connivencia con los primeros», ha proclamado.

Así, ha prometido «un Gobierno transparente que se compromete a rendir cuentas de todos sus actos en forma puntual, precisa y oportuna». «El pueblo tendrá la posibilidad de escrutar, día a día, nuestras acciones, así como de señalar y censurar nuestras omisiones, para exigir las rectificaciones que correspondan», ha aseverado.

Solís ha expresado su deseo de que su Gobierno, «empezado por el propio Despacho Presidencial, funcione como una gran vitrina o casa de cristal, que permita al ciudadano examinar y escrutar el desempeño de quienes administran el Estado».

REDISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA

También ha anticipado su propósito de combatir «otra de las contradicciones de Costa Rica: la producida por una economía sustentada en un modelo que genera crecimiento pero que al mismo tiempo concentra la riqueza en pocas manos, creando condiciones de desigualdad y pobreza».

Asimismo, ha advertido de que «no dará tregua a la evasión tributaria en todas sus manifestaciones». «Tendremos que ser capaces de alcanzar, de aquí a dos años como máximo, los acuerdos necesarios para resolver este desafío como familia nacional», ha señalado.

Solís ha subrayado que «en la tarea por equilibrar y estabilizar las finanzas públicas el Gobierno no puede quedarse corto, pues ya está llegando tarde». «Esto resulta obligado por razones tanto éticas como prácticas», ha zanjado.

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