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La sombra del racismo sobrevuela las Fuerzas Armadas de Bolivia

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Los militares bolivianos de origen indígena han alzado la voz estos días para denunciar el racismo que, aseguran, aún impera en los diferentes ejércitos de Bolivia.

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La llamada «descolonización» ha sacado a las calles de La Paz a casi un millar de efectivos castrenses de baja categoría, que desfilan para reivindicar las mejoras laborales, profesionales y sociales a las que el resto de la institución sí puede tener acceso.

Las páginas de la Constitución de Bolivia de 2009 albergaron por primera vez en la historia del país un reconocimiento real de los derechos de los ciudadanos indígenas, quienes suponen, según cifras oficiales, casi un 70 por ciento del total de la población del país andino.

Este proceso fue denominado «descolonización», ya que buscaba acabar con los patrones y los modelos que habían marcado las anteriores legislaciones, herederas de la tradición colonial y republicana anterior al nuevo Estado Plurinacional, ideado y hasta ahora liderado por el presidente de Bolivia, Evo Morales.

La eliminación de los viejos vicios coloniales, imperantes en los diferentes aspectos sociales, políticos y económicos del país, vendrían acompañados inexorablemente del reconocimiento de aquellos actores públicos que históricamente fueron marginados y discriminados por su condición de indígenas. Desde la promulgación de la Carta Magna, las instituciones han tenido queremodelar sus estructuras a fin de atenerse a los nuevos preceptos constitucionales.

Las Fuerzas Armadas (FFAA) no fueron una excepción y ese mismo año el Comando General del Ejército diseñó un nuevo plan de transformación de la institución, la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (LOFA), vigente desde 2010 y en la que se aborda la problemática del racismo en las filas castrenses.

Sin embargo, han pasado casi cuatro años y la situación para los pelotones formados por soldados de menor rango militar,apenas ha cambiado, lo que ha provocado que cerca de un millar de los efectivos de esta categoría, de los más de 9.000 que existen actualmente, haya salido a las calles esta semana areivindicar sus derechos y las mejoras que la nueva Constitución les prometió.

«Hemos sido víctimas de toda forma de discriminación, perjuicios de superioridad, racismo y explotación por parte de oficiales de las FFAA, así como de desigualdad en el acceso a los servicios de salud y viviendas», han denunciado a través de un comunicado los militares en huelga, quienes llevan tres días desfilando sin autorización por las calles de la capital como forma de protesta.

Estas muestras de disconformidad ya le han costado el puesto a 702 suboficiales y sargentos de los tres cuerpos militares, de los 10.000 con los que cuentan, según cifras oficiales. La cúpula de las FFAA ha justificado su decisión alegando que dichos militares «rompieron la cadena de mando» y se ausentaron deliberadamente de sus puestos de trabajo sin autorización previa, incurriendo así en un delito de sedición, desacato y «acción política«.

LAS PROPUESTAS DE LAS FFAA, INSUFICIENTES

Hasta el momento las mejoras salariales y de funciones laborales propuestas por el Alto Mando de las Fuerzas Armadaspara frenar las protestas han resultado infructuosas. Las reformas, presentadas por el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, han sido rechazadas, al igual que cualquier tipo de«trato» con el canciller boliviano.

«Los suboficiales y sargentos hasta ahora tienen la posibilidad de formarse como técnicos superiores en la Escuela Militar de Ingeniería, pero se tomó una determinación y a partir de 2015 ellos también podrán habilitarse y optar por una carrera de licenciatura en la ingeniería que ellos elijan«, confirmó Saavedra, quien también anunció mejoras en la «curva salarial» a favor de los huelguistas, así como en la situación de la mujer, siempre más vulnerable en este tipo de instituciones tradicionalmente machistas.

La disminución de los años de «servicio de guardia» de 25 a 20; la distribución equitativa de viviendas militares; la igualdad de derechos en la atención médica; el respeto y consideración por parte del superior al subalterno para que no hayan abusos; o la inclusión de sargentos y suboficiales abogados en tribunales militares, fueron otras medidas presentadas.

Los soldados movilizados han confirmado que buscan una reunión con Morales, quien, de momento, no se ha manifestado al respecto. Una situación que podría variar en las próximas fechas, teniendo en cuenta que dentro de seis meses se celebrarán elecciones presidenciales a las cuales el actual jefe del Estado se presentará, y más sabiendo de sus últimas y efectivas participaciones en situaciones complicadas, como la crisis minera o el incremento del salario mínimo.

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