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Seis muertos y más de 900.000 evacuados por el terremoto en Chile

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El terremoto de 8,2 grados de magnitud en la escala de Ritcher que este martes se registró en el norte de Chile ha dejado al menos seis muertos y ha obligado a evacuar a 900.000 personas a lo largo del territorio nacional. Entre los evacuados se encuentran los trabajadores de Collahuasi, una de las mayores minas de cobre del mundo, si bien el yacimiento no fue afectado por el sismo, según dijo un líder sindical.

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La última víctima mortal de la que se ha tenido conocimiento es un miembro del Cuerpo de los Bomberos de Chile que ha fallecido a causa de un paro cardio respiratorio en la ciudad de Iquique, una de las zonas más afectadas, cuando manejaba un vehículo bomba.

Durante las primeras horas de esta mañana, miles de personas procedían a retornar a sus hogares de las 86.000 que permanecían en las zonas de seguridad.

El Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada procedió a las 4.10 hora local a cancelar la alarma de tsunami en el borde costero del país, a excepción de las localidades de Arica, Pisagua, Iquique, Patache, Mejillones, Tocopilla, Isla de Pascua, Tomé, Lirquén, Dichato, Isla Quiriquina, Talcahuano, San Vicente y San Pedro de la Paz, donde los habitantes permanecían en las zonas de seguridad habilitadas.

El terremoto ha tenido hasta el momento más de veinte réplicas, las últimas, a las 7.18 hora local, con una magnitud de 3,9 grados, cuyo epicentro se ha situado a 93 kilómetros de Pisagua, y a las 7,32 a 64 kilómetros de Cuya y con una intensidad de 4,4 grados.

El sismo, de magnitud 8,2, ocurrió a las 23.46 GMT del martes y tuvo su epicentro en el Océano Pacífico, a 86 kilómetros al noroeste de la ciudad de Iquique y a unos 20 kilómetros de profundidad, lo que fue seguido por un tsunami de olas menores.

El movimiento telúrico provocó incendios, derrumbes en carreteras e inundaciones en el borde costero, que evocaron el devastador terremoto de magnitud 8,8 y potente tsunami de hace cuatro años que dejó más de 500 muertos.

La presidenta chilena, Michelle Bachelet, decretó zona de catástrofe en el área afectada, lo que implica el desplazamiento del Ejército y de la policía para coordinar en el terreno la entrega de ayuda y el mantenimiento del orden público, después de que 300 presas de una cárcel de Iquique aprovecharan la confusión provocada por el sismo para fugarse.

Las clases de los colegios fueron suspendidas, en espera de una normalización de las actividades en las ciudades del borde costero del norte chileno, mientras que el suministro de energía regresaba paulatinamente en las principales ciudades.

Los centros hospitalarios en la zona afectada se encuentran funcionando normalmente, salvo 11 hospitales que por encontrarse en zonas de inundación fueron evacuados. Se espera que una vez que se levante la alarma, vuelvan funcionar normalmente.

De igual modo, los aeropuertos se encuentran operativos y se espera que una vez que se cancele la alarma, se restablezca el tráfico aéreo de manera normal. Los vuelos comerciales desde Antofagasta al norte fueron cancelados hasta anular la alerta de tsunami.

El terremoto provocó interrupciones en la carretera 5 norte entreIquique y Arica, situación que se terminará de evaluar en las primeras horas este miércoles, si bien no se han reportado daños en puentes ni en la infraestructura vial. La situación de los puertos era de normalidad, si bien se esperan las evaluaciones durante las primeras horas de la mañana.

UN SISMO MAYOR

Tras el terremoto, una serie de nuevos sismos se han percibido en un área que no había sufrido grandes movimientos telúricos en más de 130 años, de modo que el terremoto reciente habría liberado una cantidad importante de energía acumulada, aunque expertos no descartaron nuevos eventos.

Al respecto, la sismóloga de la Universidad de Chile Diana Comte dijo que se sabía que habría un terremoto, pero «no de una magnitud tan baja como esta», señaló a medios locales a pesar de la magnitud del terremoto.

«No sé si era lo que se esperaba con respecto a la seguidilla de sismos», ya que «se espera uno mucho mayor», comentó.

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